Capítulo 2

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Y como no enamorarme de esa sonrisa, de esa voz, ¿como no enamorarse de ti?


El timbre sonó y bajé ya arreglado, tomé las cosas necesarias y abrí la puerta dejándome ver a mi amigo semental. Al parecer hoy estaba más arreglado que de costumbre y sentí algunas mariposas en mi estómago al verlo, las cuales se fueron al pensar que el estaba así por el Yelo... no por mi; sentí un nudo en mi garganta y apenas pude saludarlo. Caminamos en silencio el recorrido hacia el paradero, mientras esperábamos la micro hablamos un poco sobre la vida, el canal, que haríamos sin el Nico y como era de esperarse el Edgar me comentó lo fenomenal que le va con el Manuel, hasta me comentó que hoy planeaba pedir oficialmente pololeo. Sentí mis ojos humedecerse pero para mi suerte llegó la micro y evité que mi amigo semental lo notara; una vez adentro el camino se tornó incómodo, quizás porque el Edgar sabía que sentía algo por el... o porque mi cara no era precisamente muy amistosa en ese momento.

Nos bajamos de la micro y ubicamos rapidamente la cada de nuestro amigo barbón  donde se realizaría la fiesta, esta ya se encontraba con la música a tope y con gente en el patio tomando y fumando, mire al Edgar y avanzamos hasta la casa, al llegar lo primero que vimos fue al Nico tomado de la mano con el Jaime; con el Edgar cruzamos miradas y sonreímos, se sabía que algo tenían estos dos, seguido de esto vimos al Yelo quien se acercó corriendo a abrazar al Edgar empujándome a mi- Yo deje a las dos parejitas y me adentré en la casa para ver a varias personas desconocidas y uno que otro conocido por ahí, en un sillón estaba sentado el Bestia, me senté al lado de este y me serví una piscola.

-Querí un poco?- me preguntó el Oscar ofreciendome de un pito- prometo que esto te hace olvidar cualquier mal

Me tomé mi vaso al seco y acepté sin siquiera pensarlo, sentí el sabor de la yerba en mis labios, haciendose paso por mi garganta para finalmente llegar a mis pulmones, exhale el humo con una pequeña tos al final -ya que a diferencia del Bestia yo no era experto en eso- no sabría que tan echo pico me vería pero no me importaba, hoy solo iba a concentrarme en olvidar al Edgar aunque sea por un minuto. Me serví otra piscola... una tras otra... hasta que perdí la conciencia

Can you love me? EdnaikoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora