Capítulo 9

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El Edgar me contó que él y el Yelo se habían peleado ayer y por lo mismo Edgar había decidido salir a beber para distraerse un poco. No me dijo la razón por la que pelearon pero no me importó en todo caso. El Manu lo llamaba y el dejaba sonando el celular, tampoco le cortaba o sabía que se enojaría, pero después de un rato decidió apagar el celular.

Hablamos de cosas triviales hasta que nos aburrimos, jugamos uno que otro juego hasta que llegó la hora de almuerzo, decidimos que no pediríamos nada como otras veces y cocinaríamos algo. Revisamos que tenía el semental en el refrigerador y para nuestra suerte este tenía bastante comida tanto en el refrigerador como en la despensa. Buscamos una receta en internet que nos llamara la atención, elegimos hacer fritos de coliflor- porque todo lo frito es bueno- y croquetas de atún, el se encargaría de las croquetas y yo de los fritos. Por un lado yo me encontraba buscando todos los ingredientes que necesitaba, claro que como esta no era su casa no conocía donde se guardaban todas las cosas, con suerte sabía bien donde estaban los vasos. Una vez logré visualizar la harina me di cuenta de que esta se encontraba en una repisa bastante alta. ¿Es mi culpa ser pequeño? ¿Este es un castigo de dios? Yo no elegí ser bajo, abrí un cajón y me subí a este, pero aún así no alcanzaba. Intenté estirarme y sentí que me tomaban de la cintura para elevarme, me dio algo de miedo así que tomé lo que necesitaba y sentí como me bajaban.

-¿Sabías que podrías haber tu bajado las cosas?- pregunté mientras acomodaba las cosas en la mesa-

-Perdón, es que te veía así y eras como un niño tratando de alcanzar las galletas de la repisa mas alta y no pude evitarlo, te veías muy tierno- no tuvo que voltearse a verlo para saber que sonreía. Siempre que sonreía hacía un sonido casi imperceptible pero que Naiko conocía a la perfección-

-¿Sabes en que más me parezco a un niño?

-Nop- respondió- Dime

-En que también me gusta jugar-

Tomé un puñado de harina y se lo lancé, como respuesta recibí un huevo que se estrelló al lado, yo tomé la bolsa de harina y lo tiré más en la cara, mientras que él tomaba la caja con huevos y me tiraba uno que cayó directamente en mi cabeza.

Can you love me? EdnaikoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora