Por lo que tenía entendido compartiría el asiento con el Edgar, eso significa muchas horas junto a él; mientras que el otro par de fletos iban a sentarse detrás de nosotros. Preparé mis cosas y me mentalicé para lo que venía, semanas con esos weones, sin nadie más; semanas cerca del Edgar. Suspiré frustrado, esto era horrible.
-Naikito mi niño, ya es hora de que lo vayamos a dejar- mi mamá habló desde el otro lado de la puerta con la voz algo rota, era la primera vez que viajaba por tanto tiempo sin ella-
-Ya voy mami- respondí, ustedes pensarán que soy algo mamón pero bueno, es la verdad, soy un niñito de mami-
Tomé mi maleta y la mochila para salir de la habitación y bajar, encontré abajo a mi mamá siendo abrazada por mi papá.
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Llegamos al aeropuerto y mi papá me ayudó a bajar las cosas del auto mientras mi mamá me abrazaba.
-Se cuida mucho mi niñito, cualquier cosa usted nos avisa por el whatsapp o algo así- dijo mientras me abrazaba y sollozaba un poco-
-Ya mami, si no te vai a dar cuenta y voy a volver- dije mientras la abrazaba de vuelta- Te voy a hablar todos los días-
Me despedí de mi papá y entré al aeropuerto, no fue difícil encontrar a los cabros porque eran los únicos weones escandalosos, me acerqué a ellos con las cosas en mis manos, todos sacamos nuestros pasaportes y nos pusimos en la fila para entregar las maletas, el Edgar hablaba con el Jaime y el Nico intentaba entablar una conversación conmigo, pero yo estaba sumido en mi mundo. Entregamos las maletas y nos fuimos a policía internacional, allí nos pidieron de nuevo el pasaporte y revisaron que en nuestro bolso de mano no hubiese nada peligroso. El vuelo salía en una hora y ya nos encontrábamos en la puerta de embarque, decidimos a recorrer el sector y comprar alguna cositia pa comer. Nos compramos sus pancitos en el Subway y nos pusimos a robar internet al aeropuerto.
Ya faltaban quince minutos y en la puerta se había hecho la media cola, y eso que aún no comenzaban a abordar las personas. Con los chiquillos nos miramos y supimos que todos pensábamos lo mismo, esperaríamos sentados mientras la fila se acortaba.
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Una vez dentro del avión comenzamos a sacar fotos, los cabros aprovechaban de sus últimos minutos con internet y subían las weas al facebook pa que todos supieran que estábamos en camino, cuando la azafata ordenó que nos sentáramos me senté en mi lugar y sentimos como el avión comenzaba a moverse, vimos la caga de vídeo que muestran que hacer en caso de diversas emergencias y al fin cuando el avión despegó pude echar para atrás el asiento y descansar cómodamente. Como no planeaba hablar mucho con el Edgar decidí dormir, acomodé el cojín que entregaba la aerolínea y me puse la mantita, no se cuando ni como pero caí rendido ante los brazos de Morfeo