XI
El tiempo pasa, los recuerdos malos son olvidados, así como las personas menos importantes.
Ahora, Alexandra se encuentra en la preparatoria junto con sus inseparables amigos de la secundaria. Gabriela se había embarazado, pero por desgracias del destino abortó al tercer mes. Raúl se había entusiasmado demasiado con una chica, la cual no le hacía caso. Luis había aprendido a abrir la boca cuando debía, y Alexandra era una chica totalmente diferente, era callada e indiferente, si alguien se la topase por la calle, no la reconocería; de los cuatro, ella tuvo un cambio drástico.
Se acerca la temporada vacacional de Semana Santa, ellos entristecían un poco en esa fecha, ya que se arrepentían fuertemente de lo que habían dicho y hecho en aquella fecha, pero no pueden regresar el tiempo y rectificar lo que hicieron.-¿Que les parece si visitamos Valle verde?-. Pregunta Alexandra intentando hacer algo menos monótono para esas vacaciones, algo distinto a ir al cementerio y velar las criptas de Cesar y Marco Antonio.
-Alex, eso no es algo... ¿morboso?-. Dice Gabriela intentando llevar la conversación a algo distinto.
-Solo quiero hacer algo distinto a todos los años, y tal vez...-. Alexandra es interrumpida por Luis.
-¿Qué? ¿Liberarte de tu culpa? No eres la única que sufre por eso, recuérdalo-. Dice algo impaciente.
-Yo si voy... así podré olvidarme de ella-. Continúa Raúl.
-Yo también voy, no es un hotel de lujo, pero me gusta estar con mis amigos-. Dice Gabriela riendo un poco.
-Bueno, yo los acompaño para que no hagan nada de lo que se puedan arrepentir...-. Comenta en tono de broma Luis.
-Eso no es gracioso-. Termina Gabriela. -Y... ¿Cómo es que entraremos a la cabaña?-.
-La mamá de Marco me dio las cosas de su hijo, y me dijo que me podía quedar con la cabaña, no quería tener ningún recuerdo doloroso de su hijo-. Comenta Alexandra sin despegar la mirada de sus manos.
-¿Cuándo nos iríamos?-. Pregunta Luis con tono serio.
-Lo mejor sería el jueves santo, repetir nuestro corto viaje, igual que la última vez...-. Comenta Alexandra.
Los chicos acceden a la proposición de su amiga, teniendo la misma ruta de viaje que la última vez, con la diferencia de que los años pasaron y los dos chicos que los acompañaban habían muerto. Intentaban entablar una conversación, pero era inútil, cada plática los llevaba a mencionar el nombre de Cesar y Marco.
Al llegar a la cabaña, sintieron una atmósfera muy pesada, como si sus recuerdos los estuvieran acosando a cada minuto, sin poder escapar de ellos. La choza se veía mas pequeña y descuidada, los años habían pasado de muy mala gana por ella, sin que nadie la visitara y arreglara los desperfectos que iban apareciendo con el tiempo y el clima. El primer día tuvieron que asear la pequeña casita, matando insectos que encontraron refugio en ella y encontrando objetos que daban por desaparecidos desde aquel viaje.
-Es increíble, está igual como la dejamos hace tres años-. Comenta Gabriela a sus amigos.
-Si, todavía no creo que aún sigan nuestras cosas... miren, mi viejo diario-. Dice Alexandra mientras levanta una libreta amarillenta por el tiempo.
Los chicos preparan algo de comer mientras Gabriela y Alexandra leen lo escrito en el pequeño diario. Al llegar a la última pagina, observan que Cesar escribió algo, ninguna de las dos se atreve a leer aquella hoja de papel con las palabras del chico al que le hicieron la vida imposible, causando de alguna manera, ya sea directa o indirectamente su muerte. A la hora de la cena, ellas deciden decirles a Raúl y a Luis sobre lo que hay en el diario, comentándolo como si fuera un oscuro secreto entre ellas.
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Sólo En La Oscuridad
TerrorIntroducción. Todos, en algún momento de nuestras vidas, hemos soñado con un día despertar y tener poderes sobrenaturales, el que fuera, ya sea desarrollar la telequinesia (mover objetos con la mente), levitar o el poder de ver las cosas antes de q...