CAPITULO VI: Willow

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Willow Lynch, la joven terca y sin precedentes, dedicada a hacer todo tipo de vandalismo escolar y sinceramente su único propósito era llamar la atención de sus compañeros, ¿la razón? Creía que su verdadera personalidad la obligaba a ser un nadie, alguien que estaba resignada al olvido y temía profundamente que eso sucederá.

Sus padres sin duda la aman demasiado, pero claramente no les agradaba su nuevo comportamiento. Academicamente era buena, pues desde pequeña había sido una chica bastante aplicada y disciplinada. Pero este año había sido diferente,todo había cambiado, su forma de vestir y de actuar en la escuela habían dado un cambio inesperado. Su única excepción eran sus padres a quienes aún  trataba con respeto, al contrario de sus compañeros que se convertían en el objeto de sus travesuras y burlas, aunque no actuara por sus verdaderos sentimientos encontraba cierta satisfacción en ello. A veces se causaba decepción a sí misma, pero creía que era necesario.

De pequeña su hermano mayor le había enseñado defensa personal, así que en caso de encontrarse en una situación de peligro podría poner resistencia y en cuyo caso salir librada. Recordaba como estuvo en el suelo un millón de veces intentando esquivar ataques de su hermano, pasaba horas practicando golpes y maniobras.

Su madre decía que no eran cosas de niñas, pero su hermano afirmaba que era necesario, finalmente la mujer mayor aceptaba con resignación que siguieran con los entrenamientos, pero le pedía a Matt que fuera delicado con ella, cosa que nunca cumplía. Se lamentaba porque ahora utilizaba aquello que le había enseñado lo usaba para lastimar a los demás, se creía fuerte y así la veían los demás, cuando realmente era tan frágil y delicada.

Tristemente había una razón para que ella cambiara. Por desgracia su hermano mayor había fallecido hace un tiempo y ella sintió que desaparecía. Él cuidaba de ella en todo momento, era importante para él, tenía miedo de que dejara de ser así. Ahora tenía la necesidad de que alguien la recordara de cualquier modo. Después de que terminaba de trabajar ambos iban a tomar un helado y comentar sobre como había sido su dia, pero todo se había acabado, se habia marchado con él.

Tenía tantas metas y sueños, que murió tan joven sin cumplir la mayoría de ellos. El cáncer lo acabo lentamente, pero él jamás dejó de sonreír y más cuando su hermana estaba cerca. Su compañía le hacia feliz. Cuando llegaban sus últimos días de vida, Willow lloró mucho, en ocasiones hasta quedarse dormida. A veces miraba la tele y en otras se encerraba en su cuarto a pensar, estaba perdida y más cuando su hermano se marchará. Él le había enseñado disciplina y fuerza, era su amigo y ejemplo a seguir, y con su partida todo se derrumbó.

Aún recordaba sus ultimas palabras.

Por favor no te vayas - decía la menor entre sollozos

Jamás me apartaré de tí pequeña - con delicadeza acariciaba el cabello de su hermana.

No mientas - susurraba- No me mientas - levantó la voz -

Tranquilízate Willow - la tomó de la mano - Si no me olvidas, no tengo razón para alejarme de ti

¿Por qué te pasó esto?-

En la vida hay cosas que están destinadas a suceder, no hay manera de detenerlas, simplemente así debe ser -

Prométeme que siempre estarás a mi lado - sus ojos se llenaron de lágrimas, era dolor mojando sus mejillas

Para siempre pequeña- entonces en ese instante los ojos de su hermano se cerraron eternamente, había una leve sonrisa en sus labios, que segundos más tarde desapareció. Jamás lo vería sonreír de nuevo. No tendría con quién discutir o comer un helado tan a gusto como lo hacía con él, sentía que su corazón ahora se encontraba bajo tierra.

M I S F I T SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora