CAPITULO VII

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La vida de siete personas habia dejado de ser la misma. Un giro de ciento ochenta grados el cual dio paso a las muchas preguntas habían empezado a surgir en el corazón de los susodichos y una de las más polémicas y frecuentes era si lo habría hecho para bien, pero ninguno de ellos era capaz de responder esta pregunta pues no podían saber que tendría el futuro preparado para cada uno. Ahora su objetivo estaba totalmente claro, evitar la destrucción total del mundo terrenal y salvar a quienes vivían en él, un reto que los podría a prueba.

Todo había dado inicio en el momento en que la diosa de la compasión afrontó el riesgo de salvar a la humanidad, aunque su estadía en la tierra sin duda ha sido difícil y es que los humanos eran más complicados de lo que aparentaban, sin contar que su cabeza estaba hecha un embrollo al tener en las manos un rompecabezas al que le faltaban demasiadas piezas, pero del que aún así nunca desistió .

Durante los últimos años daba gracias a Jacob, dios del tiempo y su amigo de la infancia por no olvidarse de ella. En secreto le prestaba sus servicios, aún sabiendo que iba contra las reglas, después de todo él fue el único que nunca le dio la espalda. El día de hoy, mientras se daba un baño de espuma, se le había presentado por medio de otra visión a uno de los humanos poseedores de sus dones, una joven chica universitaria. Contenta, sumergió su cuerpo completamente en la bañera y agradeció a los dioses, finalmente había obtenido lo que por tantos años habia estado esperando; esperanza. Jugó un poco con la espuma que la rodeaba, recordando a la perfección todo lo que ha tenido que vivir y aunque no todo había sido bueno, una sonrisa se desplegó en su rostro, claramente sabia que mañana sería un nuevo día.

Al día siguiente, Nerea caminaba tranquilamente por el parque sin prestar mayor atención, aunque sentía algunos ojos sobre mi, decidí que no era importante notarlo.

Sorpresivamente pudo sentir el batido de alas de dos aves a cada lado de ella; su cabello se agitó con fuerza y cubrió su rostro, seguidamente cada una de estas se posó en la rama de un árbol distinto y fue entonces cuando pudo apreciar lo que eran. Uno era un cuervo negro, bastante grande y de aspecto grotesco. El otro por su parte era una bella lechuza blanca que poseía una mirada intensa y luminosa. Los dos giraron su cabeza hacía la diosa y la observaron con atención, sabía lo que significaba, el bien y el mal estaban preparados para enfrentarse el uno al otro y ella era la responsable de hacer triunfar a la lechuza o de sucumbir en las garras del terrible cuervo.

Cuervo- le llamó - dile a Aaron que se prepare pues no estoy dispuesta a perder contra él, su venganza no será fructífera.

El ave asintió y se alejó lo suficiente para que la lechuza pudiera conversar en privado con Nerea.

He sido enviado por Zeus, me ha dicho que comunicaste que tu profecía se esta cumpliendo - seguramente los dioses estaban curiosos por saber qué ocurría

Si, así ha sido. Aunque ha ocurrido mucho después de lo que esperaba, finalmente ha llegado la hora de la verdad-

Ellos aún no confían en usted, pero la presencia de ese cuervo siempre ha sido señal de problemas- se acercó a Nerea y le entrego un silbato plateado- con esto podrás llamarme e informarme de nuevos acontecimientos-

Esta bien, gracias por tu ayuda- sintió una especie de preocupación en su pecho.

No olvide que la estaré vigilando, mi señora- entonces se hecho a volar y dejándola pensativa.

Sus ojos se cerraban presionando fuertemente con ilusión. Tenia miedo, su cuerpo se consumía en el terror pero sabia que había valor en ella y que podría lograr aquello que deseaba , aunque esto trajera consigo tornados de amor, tristeza, tragedia y un inevitable dolor.

M I S F I T SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora