El Encuentro

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Konoha, la ciudad con las mejores instituciones educativas, el lugar más seguro de encontrar trabajo... Pero todo lo bueno tiene su punto amargo. Konoha, también alberga a los 3 clanes mafiosos más poderosos de todo el mundo.

El clan Hyuga: al ser un clan casi de antaño, no posee tanto poder jerárquico como los otros dos... El clan Uchiha: Conocidos por llevar a cabo crímenes horribles, se dice que la maldad corre por sus venas... Y por último el clan Otsutsuki: Nadie sabe de dónde y cómo surgió este clan, solo se sabe que son los reyes de todo Japón, sin tener compasión por nada ni nadie. Consiguiendo todo lo que quieren a cualquier costo que sea necesario...

Un tren se aproxima con un nuevo integrante para esta ciudad, Hatake Kakashi. Un peliplata, de buenos atributos, haciendo que todo hombre y mujer se quede con boquiabierta por su belleza... El joven de unos 18 años, viaja hacia su ciudad natal, Konoha, para poder conseguir algún trabajo y estudiar en lo que siempre soñó convertirse, ser un actor...

Sabiendo de los problemas que posee la ciudad, no le importa con tal de alcanzar sus sueños, después de todo, no estará solo. Vivirá con su amiga de años Rin Nohara, una chica dulce y de pelo castaño, y cerca de la casa de Rin se localiza un conocido del peliplata...

Maito Gai un estudiante de karate, que siempre lo molesta con lo de ser su rival y hacer berrinche como un niño cuando lo rechaza. Pero a lo mejor en estos años de no verlo, maduró un poco ¿no?

El peliplata, se encontraba sentado en el asiento del tren con su equipaje de su lado y leyendo un libro, esperando con ansias llegar a su destino. La verdad, es que no le gusta estar sentado mucho tiempo, ya que odia viajar. ¿Qué irónico, no? Quiere ser actor y no le gusta viajar.

Todavía faltaba unas cuanta estaciones para llegar a Konoha y el pobre joven se impacientaba, entonces decidió ir al baño para lavarse un poco la cara, ya que se estaba durmiendo del aburrimiento... - mmm... no puedo dejar mis cosas solas – susurró y miró hacia todos lados para ver quién podía ser candidato de que le cuidara las cosas mientras iba al sanitario.

Mientras divisaba a mucha gente, todos tenían cara de... bueno, mejor no confiar en ellos. Pero no le quedaba otra, en el asiento de atrás había un hombre de unos 23 años, con pelo corto y negro al igual que sus ojos, unas extrañas cicatrices en un lado de su cara, los pensó dos veces antes de preguntarle, pero era el más cercano a sus pertenencias – Esto... ¿Disculpa? – el extraño levantó su vista de su celular para mirarlo, el peliplata se sonrojó un poco, ya que le parecía ¿guapo?

- ¿Si?

- ¿Me haría el favor de cuidarme las cosas, mientras voy al baño? – dijo mientras apuntaba su maleta

- Mmm... por supuesto – dijo con su voz tan deleitable a los oídos del menor, el cual provocó un sonrojo más intenso

- Gracias...

Se levantó, y se dirigió al baño, estuvo mirando por la ventana en el pequeño sanitario del tren y se lavó la cara para despejarse de su somnolienta cara. Miró el inodoro – "Ni loco, me siento en ese lugar" – lo pensó dos veces, es que todo estaba tan sucio que le daba asco – "Mejor aguanto hasta llegar a casa de Rin"

Salió del baño y se dirigió a su asiento, pero sus pertenencias, ya no estaban. Miró hacia todos los asientos del tren para ver donde fue el ingrato. Lo divisó en otro asiento más alejado, con sus cosas. Lo cual, le dio un poco de tranquilidad, al saber que sus cosas estaban bien. Se dirigió hacia el asiento del extraño que poesía sus pertenencias y le preguntó...

- ¿Por qué estás aquí? ¿Y con mis cosas? – el peliplata, es muy directo

- Porque una azafata, me dijo que me viniera a este asiento para que puedan limpiar el otro – dijo apuntando donde se encontraba anteriormente, y efectivamente, un portero estaba limpiando el piso de ese lugar.

La Oveja y El Lobo [[FINALIZADO]]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora