Complicaciones

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- ¿Y ahora qué harás? No creo que vaya a caer con la misma piedra otra vez, Obito

- ¿A qué te refieres?

- Bueno... Te estoy diciendo, que ahora que sabe tu pasado, dudo mucho que quiera arriesgarse a volver a creer en ti. No estoy diciendo que lo hará al cien por ciento, pero es una suposición...

- No, Kakashi me ama y yo lo amo. Eso nunca cambiará – Madara iba a hablar, pero la voz de un rubio interrumpió la conversación

- Hola, Madara... - miró al azabache de pelo corto - y Obito – luego su vista volvió al peli largo

- Hola – respondió amablemente el mayor

- ¿Ahora qué quieres, enano? – preguntó Obito con furia. Después de todo lo que hiso, todavía era sinvergüenza de traer su cara hacia ellos

- Solo vengo a disculparme por lo que pasó, y a cambio te traje un obsequio

- No quiero nada tuyo

- Vamos, es algo que te gustará mucho, mucho. Yo sé que todavía te gusta...

- Pff... - Obito miró hacia otro lago cruzándose de brazos. No quería nada que viniera de Naruto

- Obito, dale una oportunidad – respondió Madara - ¿No ves que quiere arreglar las cosas?

- Está bien – miró al rubio - ¿Qué es?

- ¡Ahora! – gritó el doncel, para advertir a la persona que entrara

El doncel de cabellos castaños y ojos verdes, entró con la vestimenta que le prestó Naruto. Una camisa transparente, que hacía conjunto con una blusa ajustada que llevaba por debajo de esta. Unos pantalones vaqueros, igualmente ajustados y por último unas botas elegantes de color blanco. Su cara estaba alumbrada por el destello de sus ojos, mirando fijamente y con alegría al hombre que alguna vez le prometió la luna. Del cual siempre estuvo enamorado, y esperó todo ese tiempo para ser él, el que tenga la oportunidad de estar a su lado. La sonrisa que dibujaba en sus labios, era símbolo de amor, y también de ingenuidad...

En cambio, Obito quien miraba con los ojos totalmente abiertos, por la repentina aparición de esa persona a la que él le había prometido algo imposible, lo había usado y maltratado. Y aun así, siempre estuvo a su lado. Por ello, tuvo que mentirle de un problema para evitar que esa relación llegara más a fondo. Pero ahora, ahora ese chico estaba enfrente de él con la típica sonrisa que tanto desagradaba ver – "¿Qué hace este idiota aquí?" – se preguntó, recordando ese momento...

FLASHBACK

- ¡Te esperaré! – gritó por última vez antes de perder de vista a Obito. Este solo levantó su brazo en modo de despedida

- "Sí, claro. No vuelvo a buscarte, ni aunque me paguen" – pensó el azabache. Conduciendo directo hacia su casa

Cuando llegó a esta, entró por la puerta principal, encontrándose con su sobrino mayor, Itachi. Quien lo esperaba sentado en un sillón de brazos cruzados y con una mirada de castigo...

- ¿Y a ti que te pasa?

- Sabes muy bien lo que me pasa... No me gusta para nada que juegues así con los sentimientos de Sukea, él no te ha hecho nada malo para que le hagas lo que le estás haciendo

- ¿Y por qué debería seguir los consejos de un chiquillo como tú? Mejor no te metas donde no te llaman

- Te dejaré, pero antes dime una cosa...

La Oveja y El Lobo [[FINALIZADO]]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora