Siempre hay algo que hacer en el sector; ayudar en la cocina, curar enfermos, cuidar niños, recolectar comida, buscar objetos nuevos o construir casas.Aquí todos son útiles, sean grandes o pequeños, hay tantas cosas que hacer que cualquier tipo de ayuda sirve.
Hoy estoy en el hospital. Cuidar y curar enfermos no es mi fuerte pero debo hacerlo, por Teddy. Aún recuerdo cuando regreso a casa de la guerra, estaba herido y tuvieron que amputarle la pierna, me sentía mal por él y por mí y al saber que no podría ayudarlo me hice una promesa. Ayudaría en el hospital a salvar vidas lo mejor posible.
El hospital está dividido en zonas: Emergencias, Heridos y enfermos leves, Heridos y enfermos graves y Terminales.
Solo trabaje ahí una vez, en la zona de los terminales, y no resistí más que una hora. Era un lugar con una atmosfera muy fuerte y mucha tensión. Todos en el sector saben que una vez que entras allí solo hay una manera de salir. Muerto.
Odie ese lugar, me recuerda mucho a mi padre.
El murió a los cuatro años de estar en la guerra, regreso una vez con mi hermano a los dos años de iniciada la guerra porque estaba herido pero al curarse volvió a irse y ya no volvió más que su cadáver en un ataúd con una bandera por encima. El mejor de los honores dicen que es morir por tu país pero mi padre no merecía eso. Merecía algo mucho mejor.
Jure no volver nunca, así que ahora solo trabajo con los heridos o enfermos leves. Es un trabajo fácil.
En esta zona April es la doctora jefe, siempre feliz y dispuesta a todo.
Hoy mi trabajo es repartir medicamentos, así que tome un coche lleno de pastillas, jarabes y jeringas y comencé a caminar por el pasillo.
Mi turno hoy es solo de 4 horas, así que tendré toda la tarde libre. Es un lugar tranquilo la mayor parte del tiempo y yo llevaba la mitad de mi trabajo cuando ocurrió.
Primero una chispa, luego se apagaron las luces y el suelo tembló.
Gritos, llantos y desesperación abundaban en la sala, yo buscaba a April por toda la sala pero al no encontrarla, en la oscuridad, comencé a correr. Sentí mi cuerpo chocar con algo, no, alguien y luego contra el suelo.
Me levante enseguida y apenas lo vi en la oscuridad. Un chico alto tirado en el suelo, con una venda en la cabeza y otra en el brazo. Me acerque a él y le ofrecí mi mano, la tomo, se levantó y ambos salimos corriendo hacia el pasillo. Al salir nos detuvimos, exaltados. Después de unos segundos las luces volvieron y decidimos esperar ahí.
-¿Estas bien? - Me pregunto
-Sí, ¿y tú?
-Estoy bien- dijo extendiendo su mano - por cierto, soy Liam. Un placer que hayas chocado conmigo.
-Sarah - dije - Lo siento por eso -dije conteniendo una risita - todo fue un caos.
-Tranquila, también fue en parte mi culpa. Debí quedarme en mi camilla pero el pánico se apodero de mí. Además ese choque fue muy oportuno, tú me sacaste de allí. Gracias.- dijo con una sonrisa en el rostro.
-Sarah- dijo alguien detrás de mí. Voltee y vi a April, la doctora jefe.
-¿Qué haces aquí?
-Todo fue un caos. Hubo un apagón, luego un temblor y corrí hasta aquí, buscándote.
-Lo sé- dijo -ahora síganme, hay que revisar a los demás.
Entramos en la sala y había un poco de ruido pero por lo demás se había restaurado la paz y tranquilidad que caracterizaban el lugar. April fue directo a ver como estaban los heridos y yo seguí a Liam hasta su cama. Él se tendió en ella y cerró los ojos.
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En un planeta de papel
Teen FictionBienvenidos al sector 5, han pasado casi 4 años en paz. La guerra dejo nuestro planeta en condiciones muy poco aceptables pero hemos aprendido a vivir así. Dicen que después de tanta calma siempre ocurren cosas peores, ¿será verdad?