Me habían despertado los sonidos de su voz. No, no solo la suya sino que habían dos.
Liam y Adam, sus voces, me habían despertado. Estaban hablando, parecía como si discutieran, sería mejor si gritaran. Su tono de voz era como decepción, tristeza, rabia, todo junto. Hablaban como si se acusaran de algo y también hablaban sobre mí.
- Pero yo le salve la vida – dijo Liam impaciente– y ¿Dónde estabas tú cuando ella te necesitaba?
- Yo estaba ocupándome de su familia – dijo Adam, su voz iba subiendo de tono - yo los salve de las explosiones y los monstruos, los protegi y casi así pago con mi vida por ello.
- Ese no era el punto, yo la protege a ella y ahora debo seguir haciéndolo así tu confíes en mi o no, eso no me importa, solo me importa lo que ella piensa.
- Muy bien, por lo visto no puedo hacer nada para evitarlo, veo que ella confía en ti plenamente pero es porque aún no lo recuerda todo, así que haz lo que quieras pero si le haces daño otra vez no volverás a verla nunca.
Oí la puerta golpearse fuerte al cerrarse, hubo un momento de silencio absoluto y luego oí pasos acercarse a mi cuarto, me volví a recostar y fingí estar dormida. Liam entro por la puerta de mi cuarto, lo veía con los ojos entrecerrados, y se sentó al filo de mi cama, sentía su peso sobre mi cama.
- Hola, hola – dijo Liam, su tono de voz era dulce, en su voz no había rastros de la pelea que tuvo hace pocos minutos. – despierta, es hora de comer.
- Hola – le dije con una sonrisa perezosa, no quería que sepan que los había escuchado. - ¿Cómo amaneciste?
- Bien – me dijo pero no sin antes dudar un poco. – ya he hecho el desayuno tu solo levántate y ven a comer. Oh y por favor habla con Adam, tal parece que ya no quiere acompañarnos.
- ¿Que? – Dije sorprendida por su comentario - ¿Estás seguro?
- Solo digo que deberías hablar con el – dicho esto Liam se marchó hacia la cocina.
Yo me levante de la cama y me vestí, aproveche esta estadía para coger más cosas necesarias para el viaje la ropa no me venía nada mal. Salí y solo vi a Liam en la cocina, Adam no estaba por ningún lado. Pase de largo la cocina y salí por la puerta hacia el patio, Adam estaba allí recostado en el césped con los ojos cerrados, me acerque y me tendí a su lado en el suelo.
- Buenos días – le dije sonriente, tenía que aparentar que nada pasaba, que yo no sabía nada de lo que había pasado.
- Buenos días – dijo Adam, tampoco había rastros de pelea en su voz. Ambos sabían aparentar muy bien. – ¿cómo amaneciste?
- Bien, ya extrañaba dormir en casa. ¿Y tú?
- Bien, yo en cambio extrañaba la seguridad que las personas pueden ofrecer. No había dormido en paz hace días. Se siente bien.
- Esta bien, ¿y que te parece si vamos a comer? Liam está haciendo el desayuno. – dije alegremente. Quería ver su reacción, quiera que me dijera algo sobre lo que paso, algo sobre Liam. Pero no funciono.
Adam se levantó y se dirigió hacia la puerta, la abrió y se giró hacia mí – Si no te apresuras me voy a acabar todo el tocino, estoy hambriento.- me levante rápidamente y entre corriendo por la puerta, Adam entro detrás de mí y Liam ya estaba sirviendo la comida en la mesa.
Nos sentamos a comer tranquilamente, hablamos como si nos conociéramos de años y nada raro paso. Ambos se veían tranquilos, no parecían odiarse. Pero si lo hacían y yo lo sabía.
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En un planeta de papel
Teen FictionBienvenidos al sector 5, han pasado casi 4 años en paz. La guerra dejo nuestro planeta en condiciones muy poco aceptables pero hemos aprendido a vivir así. Dicen que después de tanta calma siempre ocurren cosas peores, ¿será verdad?