Viviendo el reto

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Iba llegando al misterio de una misión con Scorpius, ya ha pasado un año desde que mi pequeño y amado Dylan nació. Un año desde que ese bebé cambió mi vida para siempre. Dylan se había convertido en un niño demasiado inteligente para su edad, tan educado que sorprendía y muy curioso, pero eso ya viene de familia, según Scorpius.

Pero como todas la tardes en que iba a trabajar, ya era hora de volver a casa y eso nos alegraba a mi y a Scorpius, pues nuestro pequeño nos recibiría con los brazos abiertos para después esparcir besos por nuestras caras.

Nos aparecimos tomados de la mano en La Madriguera, donde los que no trabajaban cuidaban de los niños. Abrimos la puerta y nos quitamos los abrigos

-¡Mami! ¡Papi!- gritó un niño platinado de ojos tan grises como el mercurio

-Hola, Dylan- dije cuando el se lanzó a mis brazos y besé su cabeza. Se lo di a Scorp.

-Hola, pequeño Campeón- dijo Scorp besando la cabeza de nuestro hijo.- ¿Que hiciste hoy?

Ambos sabíamos que haciendo esa pregunta el no pararía de hablar por un buen rato y nosotros terminaríamos con un dolor de cabeza horrible, pero aún así, valía la pena.

Después de un rato estábamos cenando toda la familia, todos estaban en silencio, sólo se escuchaban los cubiertos. Con la guerra todos se encontraban más callados y cansados.

-Mami- dijo Dylan llamando la atención de todos

-¿Si, Cariño?- pregunté volviendo mi cabeza hacia el

-¿Puedo tener una serpiente?- preguntó inocente y yo casi me atraganto con la comida, todos lo miraron expectantes

-¿Para que quieres una serpiente, campeón?- preguntó Scorp sonriendo burlón hacia mi

-Para jugar y hablar con ella- dijo sonriendo igual que su padre, haciendo el parecido mucho más notorio

-Las serpientes no hablan, mi amor.- dije acariciando su mejilla- Además, pueden ser muy peligrosas

-Pero, las serpientes son amigables y muy bonitas- dijo haciendo un lindo puchero- Yo hable con una en el Zoológico al que me llevaron la otra vez.

-Pero, Cariño...- dije frunciendo el ceño y el hizo lo mismo

-Mami, yo quiero una serpiente- dijo relajando su expresión - Papi ¿Es cierto que cuando fuiste a Hogwarts fuiste una serpiente?

-Si, campeón, fui a la casa de las Serpientes, al igual que tu tío Albus- dijo el sonriendole a su pequeño clon

-¿Y yo puedo ir ahí?- preguntó y los Gryffindor en la mesa nos ahogamos con el Zumo de calabaza

-Si, campeón- dijo Scorp- Puedes ser Slytherin si así lo quieres.

-¿Entonces tendré una serpiente, mami?- dijo sonriendo tiernamente.

-Lo pensaré - sentencié

-Gracias, mami- Dijo acabándose el último trozo de carne en su plato- ¿Puedo ir a jugar?

Yo asentí y cuando se fue Scorp empezó a reir.

-Te lo dije. Ahora paga- dijo extendiendo la mano yo le di los 5 galeones

-El próximo será Gryffindor- dije seria.

-¿Apostaron la casa de su hijo?- preguntó Rose y nosotros asentimos

-No somos los únicos-dije yo moviendo la cabeza hacia mi papá que le estaba pagando a mi padrino Draco

-Era obvio que no iba a ser Gryffindor, es idéntico a Scorpius y toda su familia es Slytherin.- dijo papá

Anecdotas De Lily Luna PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora