Prólogo.

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Lauren.
―¡Ven acá, Jauregui! ― Me gritaba el profesor de matemáticas mientras caminaba por los deshabitados pasillos del bachillerato. ―¡Si no regresas, te suspenderán... Indefinidamente!

Me paré, sin encarar al profesor, e hice el signo de amor y paz, para luego seguir caminando.

Una chica con un moño horriblemente rosa salía de la dirección. Tenía una naricita bonita y animada. Cruzamos nuestras miradas un instante, y ella la regresó al suelo. No me detuve y salí corriendo del instituto.

Entré a mi casa, mis padre no estaba como de costumbre, sólo Chris jugando en su Xbox, a no sé que juego. Apenas lo saludé, y me encerré en el cuarto de estudio, con el enorme piano de madera.

Camila.
Mi padre me dijo que tuviera cuidado con quienes me juntaba, pero... Ella, esa chica de los hermosos ojos verdes... Dios, me tenía derritiéndome por dentro. Era hermosa; su cabello, su fuerte mirada, sus labios, su cuerpo. Era la mujer más hermosa que había visto en mi vida. Pero no me atrevía a hablarle, de seguro que ella ni siquiera me conocía. Soy una chica inexistente aquí, los pocos que saben mi nombre, es gracias a los concursos de literatura que he ganado, y por mis altas calificaciones en las clases. De ahí en fuera, no soy nadie más que una ratilla de biblioteca.

No me mientas, princesa. (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora