Capítulo 4

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Camila 

Ya era hora de receso, me encontraba sola en una banca comiendo el lunch que mi mamá había preparado para mí. Sí, efectivamente comía el lunch de mi mami como todo un niño de primaria. Desde ahí, tenía una vista perfecta del campo de fútbol, donde unas chicas estaban jugando; me quedé sumamente entretenida viendo sus coletas balancear a la vez que corrían.

―¡Camilita! ―era la ronca y sexy voz de Jauregui, ya sentía como mi estómago se revolvía, me giré, y ella ya venía entre trotando y caminando hacia mí, con una enorme sonrisa.

―Hola Lauren, ¿avanzaste  los trabajos que quedamos que harías por tu cuenta? ―sonrió nerviosamente y se sentó frente a mí. La respuesta era muy clara.  Suspiré. ―¿Tienes tiempo para estudiar ahora?

Pareció pensarlo un poco.

―Creo que sí, pero tengo que quedarme en casa porque voy a cuidar a mi hermana menor, mi hermano tiene que ir a su entrenamiento de baloncesto y mis padres están trabajando.

―Entonces... ¿Quieres que estudiemos en tu casa u otro día? ―Crucé los dedos para que la respuesta fuera un sí.

―Claro, como quieras, sólo confirmarme en la tar...

―¡Lauren! ―una voz chillona se escuchó a mis espaldas, no iba a voltear por nada en el mundo. ―¿qué haces con ésta?

―Lucy... Ella tiene nombre y es Camila ―repentinamente la voz de Lauren se volvió agresiva y dominante.  Realmente daba miedo meterse con ella.

―Uy... ¿de cuándo acá te juntas con ñoños? ―Lucy... Lucy... En algún lado había escuchado ese nombre, me miró despectivamente, yo sólo bajé la mirada, no quería meterme en problemas. Comencé a guardar los toppers  dentro de mi lonchera.

 ―Lucía, más te vale que cuides tus palabras. ―se levantó recargando sus puños sobre la mesa. Ahora recuerdo, ¡su exnovia!

―A-a-adiós Lauren, te conf-f-firmo más tarde. ―Me levanté, evitando que la mirada de la ex maniaca se cruzara con la mía. 

―Nada de adiós, niña. Me voy contigo. ― ¿Eh? ¿Realmente esto estaba pasando? Lauren me tomó de la cintura mientras me acompañaba a mi edificio, dejando atrás a la engreída esa boquiabierta. Quise romper el silencio.

―Lauren, no es necesario que hagas esto.

―¿Hacer qué? ―preguntó a la vez que clavaba su mirada sobre la mía. Me sonrojé.

―N-n-no t-tienes q-que junt-tarte c-c-conmigo, ni t-tamp-poco de d-d-defenderme... ― ¡Estúpido tartamudeo!

―Camila, la gente es muy mala. No me parece que te traten así, siendo una persona tan interesante.

―No soy interesante, estás conmigo porque te estoy ayudando en matemáticas.

―A ver, princesa ―tomó de mis hombros y me encaró ―. Yo me junto contigo porque simplemente se me da la gana, porque eres interesante y además muy inteligente. ―Sonrió y sus ojos me miraban con tanta ternura... ¿Realmente Lauren Jauregui tenía un lado tan lindo?

―Gracias... Pero...

―¡Pero nada! Eres una persona bellísima, ¿sí? No dejes que nadie te diga lo contrario, y si lo hacen, les parto la madre.

No pude evitar sonreír ante ese comentario, era idiota. Pero tenía algo que simplemente me atraía como un imán.   

Lauren

¿Qué carajos con Lucy? Habíamos terminado meses atrás y seguía queriéndome joder la existencia. Debía de encontrar un nuevo pasatiempo.

Camila... Dios mío, esa niña es preciosa, no entiendo porque la gente no ve lo que realmente es. Bueno, sólo confisquemos esos moños de nena y todo arreglado. Además de que es bastante inteligente, la manera en la que... ¿Qué mierda estoy haciendo pensando tanto en ella? Sí, es linda y todo pero ya.

No me mientas, princesa. (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora