Camila.
El fin de semana, pasó sin que me diera cuenta. Ya era lunes, y tenía que asistir al colegio.Me alisté rápidamente, me hice una coleta alta con un moño dorado y baje las escaleras corriendo. Mi madre preparaba lo que parecían ser huevo a la mexicana... Las raíces nunca se olvidan. Sofía ya estaba sentada a la mesa, con su tenedor en mano y relamiéndose los labios.
Abrí la puerta para salir a la parada del autobús, ya no tenía tiempo para caminar.
―¡Camila! ― Mi madre se escuchó aún ya cuando estaba en la calle ―. ¿No te vas a quedar a desayunar, niña?
―¿Sabes qué hora es? ―Groseramente salí corriendo para la avenida, tenía que llegar a tiempo, pues tenía examen de matemáticas, no podía faltar.
El camión estaba al tope, pero tenía que subir, como pude, entre la gente logré entrar, estaba muy apretujada entre estudiantes de distintas escuelas de la ciudad, me sujeté el bolso contra el pecho, no vaya a ser que alguien intentara tomarlo. Apenas y las ventanillas eran visibles, logré distinguir la escuela y bajé junto a una bola de estudiantes igualmente irresponsables como yo.
Edificio B, aula B6. Este salón estaba completamente repleto por cerebritos... No sé ni porqué los critico, si soy la más matadita de todos. El profesor de geometría se estaba tardando, habían rumores que estaba en dirección por unos problemas con los alumnos del salón A1; justamente el aula de Jauregui. Ahora que lo recuerdo, el día anterior Lauren salió del plantel con el profe gritándole detrás. Lo más probable es que fuera ella quien está detrás de todo esto.
Lauren.
Y ahí estaba, sentada en dirección con el sonriente y viejo director y el patán de geometría alegando mi expulsión definitiva.
―Señorita Jauregui ―interrumpió el monólogo salivoso del señor Gutierrez ―. Necesito que entregue a más tardar éste viernes todos los trabajos atrasados del semestre, de lo contrario, no pasará la materia.
Sonreí, aseguré y juré que entregaría todo. Me levanté bien campante de la silla, me dí la vuelta y...
―No tan rápido Jauregui ―¿ahora qué? Me dí la vuelta para encarar al director ―. Tendrá que estar bajo la tutoría de Camila Cabello.
―¿Qué maestra es esa? ―Pregunté bastante extrañada, nunca había escuchado hablar de ella.
―No es maestra, es nuestra alumna más brillante. Aula B6. ―explicó Gutierrez ―Ya mismo le informó de éste gran favor que le hará. Seguramente le ayudará bastante. En el receso Cabello la esperará afuera de comité. Puede retirarse, es todo por el momento.
Salí con sonrisa triunfal de dirección y me dirigí al aula. Ahora una chica me ayudaría a pasar geometría, todo arreglado. Lamentablemente ahora mi tiempo se verá dividido... Tendré que arreglármelas para poder cuidar de mis hermanos mientras hago los trabajos.
Camila.
―¿T-tutorías a L-lauren J-jauregui...?
― ¿Hay algún problema señorita Cabello? sé que la chica es odiosa, pero necesito de su ayuda, usted es demasiado inteligente, y bueno, Jauregui necesita un buen empujón... Bueno que la arrastren, está perdida... ―Dios mío, el profesor ahora me pide que le dé tutorías a Lauren, esto es muy interesante, pero también me da pánico conocerla... Sus ojos son de otro mundo y no podré concentrarme si me está mirando o está demasiado cerca de mí. ―¿Me está escuchando señorita Cabello? Necesito que se vea con Jauregui en comité estudiantil para que lleguen a un acuerdo.
―Claro que sí, señor. Estaré allí en cuanto den el timbre.
El profesor sonrió y se retiró. Aún seguía desorientada. Tendría que pasar un mínimo de tres horas diarias con Lauren, si es que quiere entregar todos los trabajos a tiempo. Era increíble, pero a la vez, insisto que me provocaba un miedo que pensara que soy aburrida, o simplemente no le agrade.
Se dió la hora de receso, ¿nunca han sentido ese cosquilleo nervioso en el estomago justo cuando se da el timbre y tienes algo importante por hacer? Bueno, pues era justo lo que sentía en ese momento.
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No me mientas, princesa. (Camren)
FanficLauren es la chica problemática de la que todo el mundo habla; y Camila, la alumna más aplicada e invisble de todo el bachillerato. Al ser el segundo año de preparatoria para ambas estudiantes, Camila decide salir de la rutina, y comer una cucharad...