Maldito amor.

"Las desventajas de ser perfecto"

Capítulo 6.

"Las desventajas de ser perfecta".

Jenna Sea, 17 años, alumna irregular, rica, reprobó el semestre pasado, esta repitiendo el año, es la mayor del salón.

Guapa, castaña clara, ojos grandes, cuerpo de bombón.

¿Qué chico se iba a resistir a esas cualidades? Nadie.

¿Y Machell? Mucho menos, es una de las ventajas de ser perfecta.

Para las mayoría de las chicas, la belleza no tiene un límite, el único límite, es la perfección.

¿Qué diablos es la perfección?

¿Acaso la maldita perfección existe? Por eso repulso a la sociedad y a sus malditos estereotipos de mujer perfecta.

Realmente no valoramos al ser femenino como persona, si no como a un pedazo de carne que debe estar moldeado para ser perfecto a la vista de todos.

¿Qué el pedazo de carne llamado corazón y cerebro no tiene valor?¿Qué hay del amor y de los sentimientos? ¿Qué hay de la persona? Hemos perdido el respeto hacia nuestros cuerpos, la dignidad de ser como somos.

Me dan lastima las personas que intentan ser perfectas, porque son tan ingenuas. ¡Joder, ya eres perfecta! ¡Eres hermosa! ¡Y te amo por quien eres! ¿Por qué tu no eres capaz de amarte por lo que eres en realidad? Así cómo tienes la fuerza para dañarte, para hacer hasta lo imposible para ser perfecta, ¿porque lo tienes el valor de gritarle al mundo? ¡SOY PERFECTA, MIERDA!

¿No les da miedo saber que son amadas sólo por su físico? ¿Ser utilizadas y no amadas por lo que realmente son?

Esas son las desventajas de ser perfecta.

-Mac. -dijo besándole la mejilla. -¿Por qué no me esperaste? Estaba caminando hasta casa de fernanda para llamar a mi chofer, mi maldito iphone esta fallando, lo tengo que cambiar, pero aún no decido en que color comprar el iphone 5. -se quitó el cabello de la cara y lanzo su bolso a la parte de atrás, golpeandome.

-Auch. -me queje.

-¿Y tu eres? -fruncí el ceño. -¿quien es el ella Macki? -volteo a ver a Mac.

«¿Macki? ¿Es neta?»

-Ella, es Melissa, la chica nueva.

«Ahí van de nuevo con lo de chica nueva.»

-Hola, mucho gusto. -gruñí.

-Ni tanto. -susurro, por supuesto que la escuche. -Aquí me bajo Macki, saludame a papa, si. -lo chica lo beso en la mejilla y se bajó del auto, abrió la puerta del atrás y tomo su bolso-Adiós... -se quedo un minuto mirándome tratando de recordar mi nombre.

-Melissa.

-Melissa, como digas, adiós. -guiño el ojo a Mac y cerro fuertemente la puerta del auto.

Me crucé de brazos. Que chica tan superficial, ¿como pueden existir personas así? Mucho mas preocupadas por que color de teléfono que por el resto del mundo.

-También aquí me bajo. -gruñí.

-¿Estas loca? Ni siquiera estamos cerca de tu casa.

-Ni siquiera sabes donde vivo.

-Pero me lo vas a decir. -me guiño el ojo atraves del espejo retrovisor. Rodee los ojos eh insistí.

-Detén el auto, me voy a bajar.

-No lo aras. -dijo cerrando mi puerta trasera.

-Abre la puerta Mac.

-No, no lo are. -rió.