El trabajo de matemáticas.

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El trabajo de matemáticas.

Era lunes, estabamos llegando tarde porque Lily pensaba que se burlarían de ella en el instituto por como iba vestida. Despues de un largo rato tratando de convencerla por fin accedió, quedaban cinco minutos para entrar a la proxima clase y nosotras eramos las únicas en el pasillo corriendo hacia una dirección en especifico.

- Espera... Brenda, espera... - Dijo Lily casi tirandose al piso por lo cansada que estaba de recorrer todo el instituto para ir al salón. - No... importa. - Dijo poniendo sus manos en la rodilla y mirandome. - Yo... puedo convencerlos de no ponernos... un castigo.

- Más te vale por que odio los 6. - Ella empezó a reirse a pesar de lo cansada que estaba y yo solo la miraba seria.

- Mas de... 8 tendrás. - Rendida se tiró al piso y yo imité su acción a su lado. - ¿Podemos faltar? - La miré sorprendida por lo que estaba diciendo. - No me mires así. - Dijo ya calmada.

- No quiero problemas, Lily. - Ella revoleó los ojos y me miró como si fuera obvio.

- Calmate, no van a regañarte. Ahora, descansa sentada. ¿Cómo es que no estas tan cansada? - No podía decirle que no me cansaba ni corriendo una maratón porque era un vampiro.

- Entreno. Entreno mucho. - Dije sonriendo.

- Ah... ¿Sabes? Nunca me había divertido tanto con una amiga, que bueno que me chocaste aquel día. - Le dí una media sonrisa, a mi también me gustó tener una amiga... algo bueno entre tantas cosas malas.

(...)

Era la hora del almuerzo y como hoy no me tocaba ninguna clase con Blake decidí hablar con el justo ahora para planificar nuestro trabajo. Él estaba sentado en una esquina con Cedric hablando y no había casi nadie en la cafetería y me parecía perfecto.

- Hola. - Dije cuando por fin llegue a la mesa donde estaban. Ambos me miraron y apostaba a que se preguntaban porque estaba ahí. - Eh... Blake, necesitamos planificar lo del trabajo de matemáticas.

- Ah. - Dijo alzando las cejas como si se hubiese acordado de algo importante. - Sí, en cuanto a eso... no se si tienes problema en ir a mi casa este miercoles. - ¿Por qué no pudo decir plaza en vez de casa?

- Claro, si mis padres estan de acuerdo entonces sí. - El me dió una pequeña sonrisa y yo sonreí de nuevo. Entre un choque de miradas y varias sonrisas sentí que alguien agarraba mi brazo y me quemaba.

- ¡¿QUÉ HACES EN MI MESA CON MI NOVIO?! - Creo que no me había dado cuenta que alguien tomaba mi brazo y lo quemaba hasta que Amanda me gritó. La miré levemente enojada pensando que quizás me estaba quemando con un cigarro pero esto ardia más, mucho más. - ¡RESPONDE MALDITA PERRA RUSA!

- Deja de hacer un escándalo para llamar la atención, no seas estúpida por favor. Tampoco es como si lo hubiese besado o estuviese teniendo sexo aquí mismo con él. - Dije en tono firme y jalé mi brazo para que de una vez por todas me soltara y dejara de dolerme tanto lo que sea que estuviese haciendo. Me fui y traté de evitar las miradas de todos los que allí se encontraban pero fue imposible, odiaba ser el centro de atención.

Ya en el baño observé mi herida y abrí los ojos en grande cuando ví una quemadura profunda en mi brazo cerca de la muñeca, y luego le seguía un roce que imaginé que me lo hice al jalar el brazo. Ahora la pregunta que me rondaba por la cabeza era: ¿Con qué me quemé?

- ¿Brenda? - Escuché la voz de una chica que no tenia idea de quien era, cubrí rápidamente mi herida con la chaqueta negra que tenía y salí.

Soy Un MonstruoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora