Tima paraíso

6 0 0
                                    

La lancha atracó en el muelle. Lo primero que nos recibió fue una playa de arena blanca, donde el embarcadero se encontraba, una peculiar caseta, y un frondoso bosque que se adentraba en el interior de la isla.

Sam bajó de la lancha con cuidado y se dispuso a atracarla, en cambio, Kilian pegó un salto y aterrizó con gracia en tierra firme.

Yo, por mi parte me tambaleé de un lado a otro, recogiendo mi paracaídas, a la vez que luchaba por caminar hasta el extremo opuesto de la lancha.

El joven me tendió una mano un tanto divertido. No pude distinguir si lo hacía por amabilidad o por burla al ver mi pésimo equilibrio, pero con un paracaídas atado a mi espalda no iba a ser tan tonta y decirle que no.

Al hacerlo no me esperaba el acontecimiento siguiente. Kilian tiró de ella con delicadeza y me cogió por la cintura, elevándome en el aire hasta dejarme junto a su misma posición.

Mi cara debió de ser de chiste, pues Sam soltó una carcajada y dándome unos golpecitos tras la espalda soltó:

-Vete acostumbrando, este chico es una caja de sorpresas.

Y tanto que lo era. Hacía unos segundos consideraba que era la persona más distante y observadora que jamás había visto, pero ahora...

Estuve un instante observándolo, era bastante más alto cuando se encontraba de pie, erguido. Tenía un andar muy seguro aunque despreocupado. Su pelo rubio platino caía en desordenados mechones, más largos por delante que por detrás.

Curiosamente, tenía una piel bastante bronceada, como un extranjero recién llegado desde algún país del norte.

Los dos chicos siguieron andando, siguiendo el curso de la playa.

-Debemos dar la vuelta a la isla-indicó Killian mientras las olas bañaban sus pies.

-¿Está muy lejos?

-El Campamento se encuentra en el extremo opuesto de la isla... así que será un buen paseo-explicó él mientras jugaba con el agua.

-¿Y porqué no atravesáis el bosque? Sería mucho más rápido-pregunté uniéndome al chapoteo.

-Imposible-contestó de inmediato Sam desde la zona seca de la orilla- no podemos.

-¿No os dejan, o es imposible hacerlo?-pregunté indiscretamente.

Sam debió captar mi cara implorante de respuestas, pues no tardó en explicar.

-Las dos cosas. Atravesar el bosque va en contra de las reglas de la isla, y teniendo en cuenta que estas se pusieron para velar por nuestra seguridad, es impensable para ninguno de nosotros incumplirlas.

-Pero toda regla se establece por algún motivo ¿Cuál fue este?

Sam se aclaró la garganta, en un intento de tragar saliva. Killian en cambio lo miraba con atención como de costumbre hacía, solo que esta vez, parecía ya saber la respuesta de su compañero.

-Fuentes y testigos dicen que el interior de la isla no es un lugar seguro, otros sin embargo creen que el bosque en sí no pertenece a la isla, y que por ello no podemos cruzarlo.

Hubo un intenso silencio. Sam miraba sus pies, hundiéndose en la arena a cada paso que daba. Killian había dejado de juguetear con el agua y ahora caminaba por la tierra húmeda, dejando largas huellas a su paso. Yo en cambio seguía con la mirada clavada en Sam, intentando comprender que ocupaba su cabeza en aquellos instantes.

De repente, Sam levantó la cabeza, como si le hubiera vuelto la inspiración, o como si aquel silencio jamás se hubiera realizado, recuperando así su típica vitalidad.

-Pero tú no te preocupes Chris. Las costas de la isla son un lugar increíble. Además, solo son leyendas, no debes temer nada.

¡¿No temer nada?!  ¿A que se refería? ¿Algo pasa tras sus espaldas y se supone que deben ignorarlo?

Killian se giró para observar mi reacción. Sam lo imitó.

-Claro,-contesté al fin- solo son leyendas.

Mi tono había resultado lo suficientemente convincente.


Her Adventure Time  /PAUSADA/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora