Después de dos horas de camino al fin llegamos a la ciudad, si dos horas, dos horas que estuve sentada en el asiento copiloto tratando de no dormirme, para poder memorizar el camino de regreso -o al menos intentarlo-. Aunque ahora que lo pienso, ni siquiera regresaremos por el bosque, ya que no hay necesidad. Definitivamente no volveré a beber. El alcohol me hace bastante estupida.
Charlie estaba totalmente serio. No había hablando en todo el camino, y eso me preocupaba, por que, vamos ¡es Charlie! Por más que le pidan que se calle no lo hará y siempre tiene algún comentario que decir. Probablemente este en una nueva fase o los aliens le lavaron el cerebro mientras estábamos inconscientes. Si, seguro fue eso.
— Charlie. ¿Estas bien? —me animé a preguntar una ves que había estacionado frente al bar, que ahora, estaba cerrado.
El suspiro y asintió. No me la creí, no me conformaría con eso. Abrió la puerta para salir, pero fui más rápida y me incliné sobre el tablero para la cerrar de nuevo la puerta.
— No te creo. ¿Que sucede? Y no digas que nada. Dime la verdad.
Me miró. Y de una manera diferente, no lo sé. Me sentí un poco intimidada y nerviosa. Pero de alguna manera, no se como, le sostuve dicha mirada.
— Solo... recordé algunas cosas que sucedieron anoche. —confeso. Aunque bajo la mirada, deprimido.
— ¿Tan malo fue? —me miró sorprendido y luego dudoso, debatiendo entre si contestar o no— digo, ¿que pudiste hacer que fuera tan vergonzoso? —intente de nuevo.
Ahora su mirada fue diferente, de una manera desilusionada.
— Si. —habló bajo, respondiendo mi primera pregunta, pero subió su mirada rápidamente y hablo más animadamente— Básicamente, podría haber echo cualquier cosa, y haber perdido mi dignidad. Además, empiezo a recordar el dolor del tatuaje.
Y no era para menos. Ese tatuaje. El tatuaje dónde estaba escrito mi nombre bien grande y claro con letras negras "KENDALL". Estaba en su espalda a la altura de los omoplatos. Seguro debió doler.
Salí de mis pensamientos ya que Charlie había abierto mi puerta y mencionado "vas a salir ¿o no?"
Nos dirigimos al bar y nos detuvimos frente a el. Yo aún seguía sumida en mis pensamientos y Charlie había desaparecido de mi lado. Algo dentro de mi, no había creído por completo la explicación de Charlie. Porque si él había echo el ridiculo, seguro yo también y eso no me preocupaba, porque 1) No recordaba nada así que no tenía de que avergonzarse y 2) Seguro no volvería a ese lugar, así que si hice algo estupido, que eso es casi un echo, no importa porque no volveré a ver a nadie de ahí.
Una mano pasó por enfrente de mi rostro. Era Charlie. Me dijo que lo siguiera, cosa que hice y caminamos hasta la parte de atrás. Donde un chico estaba cargando unas cosas adentro del bar. Se me hacía conocido pero no sabía de dónde. Nos acercamos al chico.
— Hola. —saludó Charlie.
— Señor y señora Davis, o debería decir chica loca y bestia infernal —saludó el chico. Bueno, creo que ese fue un saludo—
— ¿Que? —soltamos de repente al unísono.
— Ya saben por anoche —explicó sin dar muchos detalles— ¿Que los trae por aquí? ¿Vendrán esta noche también

ESTÁS LEYENDO
Suicida
Novela JuvenilDa igual vivir, si vivo de esta manera, sé que soy culpable no lo niego, sé que fue mi culpa y lo arruine todo, no pido que me comprendan porque nadie lo hará, sé que no soy lo que esperaban pero pero no puedo cambiar nada, solo me queda esperar que...