Y, aunque clamo a la cordura;
a que me libre de estas ansias, soy victima del impulso de mi propio corazón...¡Ay! si te contara yo que penas y razones, por las que de lejanías se han cargado mis canciones; pero que lo cuente el tiempo, por que hoy te hago esta promesa amor: voy a olvidarte, con todas sus consecuencias...
F. Delgadillo