Fernando Delgadillo

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Me gustaban sus caricias y su pelo y sus horas que eran mías, y mis labios en su piel; y, el aroma de ese perfume indiscreto que acostumbraba en el cuello donde tanto le busqué...

Me gustaba su llegada y la esperaba, asomado a la ventana desde donde veo pasar, el vaivén de un mundo tan desconocido; que no sé si la he encontrado allí, o quizá en otro lugar...

F. Delgadillo

RecortesWhere stories live. Discover now