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Para qué les haré esperar para que sepan por qué considero que mi vida es una mierda. Realmente soy una persona impaciente y no pretendo hacer sentir lo mismo a quien lea esto.

Basado en el diario de mi mamá: Mis papás se llamaban Cassandra y Andrés, ambos eran de excelente situación económica y acababan de terminar el colegio cuando se conocieron en una fiesta cualquiera, se atrajeron y sin pasar más de un mes se pusieron de novios. Como ninguno de los dos tenía idea sobre que hacer con sus vidas y estaban hartos de las reglas decidieron hacer su noviazgo inolvidable: Tomaron dinero de sus padres a escondidas y huir de todo. Vivieron muchas aventuras, mochilearon más allá de los límites del país, fueron a cualquier protesta que se les cruzara por el camino, fumaron marihuana en plazas durante la noche, escalaron montañas, bailaron en medio de la calle por dinero y un sin fin de cosas. Cuando llevaban un año decidieron que era tiempo de sentar cabeza y volver al hogar, pero antes querían hacer unas paradas por aquí y por allá. Entre ellos se encontraba un bar atorrante a 4 kilómetros de su ciudad natal. Decidieron entrar y beber algo para celebrar aquel año de diversión. Pero esa noche el trago dulce los embriagó más que de costumbre, se encendieron las cosas, fueron a un motel barato aledaño al lugar, fueron a una pieza donde olvidaron usar condón, lo que desencadenó el grito de "mierda" más grande que alguna vez pudo exclamarse al ver el test de embarazo. Claramente cambiar su juventud por pampers no encajaba en ningún plan, pero no quisieron abortar. Como ya habían planeado, ambos decidieron volver a casa, pero mis abuelos les cerraron la puerta en la cara: no querían de vuelta a un par de "reventados", además que "no pensaban criar dos veces". Así que, estando solos en el mundo y avergonzados de pedir ayuda a sus amigos, solo les quedó vivir en una pensión barata de un sector relativamente vulnerable. A papá siempre le gustó el mundo tuerca así que se dedicó a trabajar como mecánico en un taller que quedaba a la vuelta de la esquina y mamá convenció a Marta, la dueña del lugar, de ser quien hiciera el aseo, para así poder bajar la cuota mensual.

Un día mamá limpiaba los vidrios colindantes al patio cuando sintió que se le reventó la fuente, perdiendo la fuerza de las piernas y cayéndose al instante. Doña Marta sintió el estrepitoso ruido y acudió a socorrerla. Había asistido algunos partos antes

El trabajo de parto duró como 45 minutos, pero por lo demás todo salió bien. Cuando Susana les preguntó a mis padres como me llamaría ninguno sabía que decir: De por sí no sabían si iba a ser niña o niño menos se les ocurriría pensar durante los nueve meses en algún nombre. En el silencio débil que se había generado, mamá musitó en medio de su cansancio la palabra "Cristal". Según mi papá contaba, aquel nombre se le ocurrió apenas vió el encendido celeste de mis ojos. Estos pasado el tiempo se destiñeron hasta llegar a un color miel, aunque si se miran con la luz correcta se pueden apreciar rayos azulados entramados como telaraña. De acuerdo a las fotos que tengo de ellos, cuando nací mis ojos eran iguales a los de mamá, pero al crecer fueron pareciéndose a los de él.

¿Por qué los menciono en pasado? Simple: Mi mamá nunca fue a un control, que naciera sana fue milagro. Murió posterior al parto por eclampsia. Papá se derrumbó por completo y fue quien siguió escribiendo el diario.

Las cosas fueron peores desde entonces. Dicen que así es la vida, pues digo que es una mierda.

Creo que me reservaré algunos detalles por el momento. Creo que ya he dicho bastante.

Más allá del sexoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora