Segunda Carta

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Dijiste una vez, que el contacto físico me quebrantaría. Que la compañía de un amante me llenaría de melancolía. Que esa carencia de ese calor me llevaría a buscar a otro. Sin embargo  no fueron las ganas de verte, ni el hecho que ya no logro recordar el peso de tu cuerpo sobre el mío, o que ya no sé cómo se siente un beso. Fue la sencillez con la que me demostraste que solo fui un momento. Fue tu falta de ganas por darme un espacio en tu tiempo. Fue la incertidumbre de tu silencio.

Cartas para un amor que no me mereceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora