Muevo las manos nerviosa al esperar que el oficial llegue para llevarme a la celda de Rubén, y no puedo evitar más que pensar que todo puede salir o muy bien o extremadamente horrible. Rubén siempre ha sido una persona que sabe como manejar al resto; sabe cómo ser el líder, cómo ser el seguidor, y cómo ser el inteligente de un grupo, en este caso, de nuestra relación. Y al ser dos personas, y no tres, debes suponer que uno de los dos tendría que tomar dos papeles de estos. A veces yo era la seguidora, y él el líder y el inteligente. Otras ocasiones, yo sería la líder y al mismo tiempo la seguidora.
Ahora, no hay roles. Pero algo en mí sabe que él es quien está en control, porque, es quien puede hacerme levantar o quien puede derrumbarme. Es la persona que definirá lo que pase en las próximas horas porque, sabe que yo no puedo decir que no a lo que me pida. Sabe que estoy en ese estado de idiotez que da al estar enamorada de alguien. Pero yo sé que él no aprovecharía eso, sé que a pesar de lo que ha pasado estos días no guarda ningún tipo de rencor hacia mí, y eso es lo que me desconcierta. ¿Cómo es posible que no esté molesto por lo que la mala jugada que le he hecho? Vaya que he de estar jodidamente mal para ni siquiera pensar de manera correcta. Coño, ¿de dónde siquiera he sacado todo este embrollo? No tengo idea ni de lo que pienso, ahora, de lo que hago qué idea tendré.
Pronto, soy sacada de todo mi enredo por el sonido de el manojo de llaves del vigilante. Me llama por mi apellido y le trato de esbozar una pequeña sonrisa, pero mi ansiedad me lo impide. Es como un monstruo al que le he permitido el paso esta semana de crecer y crecer hasta invadirme casi por completo. Mi corazón late desbocadamente y mi cabeza punza con su mismo ritmo. Siento los ojos pesados y ardiendo, dejando que mi problema de ansiedad se apropie de mi cuerpo. Mi pecho parece comprimirse aunque no lo hace, y me impide respirar con facilidad. Las palmas de mis manos sudan de manera incontrolada y no soy capaz de utilizar mis cuerdas vocales cuando le veo sentado al borde de esa incómoda litera en la oscuridad, donde sus ojos avellana destacan con inseguridad.
Un escalofrío me recorre la columna al recordar la última vez que su mirada tenía esa escasez de brillo y esa intensa incertidumbre.
—¡Rubén no tenías que hacer eso! —grité con miedo, mientras que sus ojos reflejaban inestabilidad creciente al ver centímetro por centímetro la escena que se presentaba a sus pies. Levantó su cabeza con ojos cristalizados y lágrimas trazaron su rostro cuando observó sus manos temblorosas cubiertas por el espeso y rojo líquido, del cual mi ropa tenía unas cuantas manchas. Yo lloraba con dolor en el pecho, no creía que él fuera a hacer eso, y sabía que esto no podría terminar para nada bien.
—Lena, vámonos —su voz quebrada dijo en orden. Negué con la cabeza.
—Rubén, no podemos simplemente dejar esto así, ¡tenemos que llamar a alguien! La policía, a 911, lo que sea pero, tú sabes que no podré irme con la culpa, y sé que tú tampoco lo lograrás —le miré con la cara roja del llanto —. Rubén, déjame llamar a alguien que le ayude por favor.
—¡No podemos arriesgarnos a que sepan que fuimos nosotros! Tú sabes por igual cómo es todo este tema de las redes sociales. Sabes cómo cualquier cosa en YouTube causa polémica, así como el internet en general. No puedo arriesgarme a perderlo todo por algo que hice sin total intención, Lena. No puedo arriesgarme a también perderte a ti, es por eso que lo hice —sollozó entre gritos.
—¡Es mi hermano! —exclamé, sintiendo mi garganta desgarrarse —. Era mi hermano; y aunque haya cometido muchos errores conmigo, no lo puedo dejar así.
Pero antes de que me permitiera hacer algo más, me tomó del brazo y me metió al coche, su llanto haciendo eco por todo el oscuro callejón.
Cierro mis ojos con fuerza y sigo jugando con mis manos para distraerme un poco del recuerdo. Saber que estuve ahí me hace cargar con la culpa de que no hice nada de inmediato, así como con la de que presencié lo que él hizo y tuve que hablar de ello en el interrogatorio, no quería que el caso fuera llevado a una corte. Sabía que mientras dijera la verdad ahí, más alejado de las cámaras y redes sociales lo tendría. Le causé problemas con esto, pero sé que le hubiera causado más perjuicios en algo más grande.
Me sonríe al ver que soy yo y le correspondo al notar la calidez de su gesto. Instantáneamente todo mi cuerpo se relaja al sentir el roce de su mano con la mía al pararse enseguida de mí, esperando a que el joven de no más de 30 años cierre con llave el espacio. Nos guía hacia unos vestidores y me hace una señal, dándome a entender que ya le puedo dar el conjunto de ropa que he traído para que dejara el uniforme aquí. Le entrego la pequeña maleta y se va a cambiar.
—Escuche, sabemos todo eso de que quieren que nadie se entere del asunto, es por eso que les estamos concediendo la oportunidad de que salga una vez por semana. Eso de que sea YouTuber podrá seguir mientras no mencione nada de lo sucedido, tiene la opotunidad de que haga su video por semana y no como usualmente está acostumbrado. Pero si comete algo erróneo en el tiempo fuera, se le penaliza con no salir por la siguiente semana, o varias, dependiendo del caso.
Asiento a la explicación breve y analizo cada parte. Rubén solía hacer dos videos por semana, ahora sólo podrá hacer uno a menos que grabe los dos juntos y me deje a mí hacer edición de su estilo. Bueno, honestamente nunca ni a él ni a mí nos importó el tema de el dinero con YouTube, sólo que todo lo que está pasando... Me gustaría pensar que eso nos ayudaría a salir de todo este problema más pronto. Suspiro. Pagar la fianza poco a poco será muy difícil por la cantidad enorme que se solicita, es algo que si lo pagara con el sueldo de mi nuevo trabajo, tardaría años en reunir todo.
—Hey, no te rayes por todo esto —doy un salto del susto cuando escucho su voz detrás mío —. Todo esto saldrá adelante en cuestión de nada, ya verás.
Acto seguido, toma mi mano y deposita un beso en ésta, para después dejarla caer con la suya entrelazada. Me tranquilizo en mayor parte con esto, ya que me asegura que no dejará que nada malo se interponga hoy entre pasar el día los dos juntos como antes. Pero algo me sigue hostigando continuamente, porque sé que aunque lo finja, no está bien en realidad. Y las palabras en las que pienso se repiten y repiten en mi cabeza al verlo de reojo con la mirada llena de tristeza y desesperanza.
"De saber que pasaría esto, jamás habría hablado. No tenerte conmigo en las noches me destroza la vida. Pero de nuevo, supongo que yo te la destrocé a ti."
>><<
¡Hola! Esta es la primera nota de autor aire, pero será corta porque quiero mantenerla un poco alejada de mi spam usual xd Espero que les haya gustado este capítulo y déjenme saber en los comentarios si es que quieren que tenga más partes así o si prefieren las cartas sólamente. Te invito a pasarte por mis demás historias, así como checar mis mensajes en mi perfil, ahí pongo información acerca de actualizaciones y tal. Sígueme en mis redes sociales, las cuentas están en la descripción de mi perfil, ¡y nos leemos hasta la próxima! ;)
-Johu734
ESTÁS LEYENDO
Cartas a un prisionero - R.d.g | #Wattys2017 | #PremiosRubencio
FanfictionDe saber que pasaría esto, jamás habría hablado. No tenerte conmigo a mi lado en las noches me destroza la vida. Pero de nuevo, supongo que yo te la destrocé a ti. Ganadora del 1er lugar en los Premios Rubencio, Historia Corta -01/02/2017-