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Carta #11 "Mitades"

"19 de octubre de 2016

Querido Rubén:

Ya por fin es miércoles y estamos a lo que se diría la mitad de la semana, la mitad de los días que faltan para poder verte de nuevo. Me he despertado con la mitad de la cama vacía, tomé media taza del café que preparé, porque ya no hay quien se tome esa otra mitad antes de que se termine de enfriar. Pareciera que en realidad hoy todo es en mitades, y me lo prueba más ver a todas aquellas parejas que andan caminando por la acera en la fresca mañana, pensando que están con su otra parte, su alma gemela, su media naranja. Me lo prueba caer en la cuenta de que hay luna y sol, día y noche, que aparecen 12 y 12 horas cada uno.

Pero también lo sé por nosotros. Por nuestro corazón. No se me olvidará nunca aquel momento en que dijimos con el amor cegándonos por completo, una noche de invierno cercana a la Navidad, recostados en el pasto recubierto por una gruesa capa de nieve en Noruega, que seríamos como una sola alma. Un sólo corazón. Dijimos que pasara lo que pasara, cada quien formaría una mitad. Y si algo ocurría a la otra persona, se sabía sin necesidad de hablar.

Sabríamos que el otro se encontraba mal, porque nos dolería, después de todo era un mismo corazón; si una mitad arde y se quema de dolor, no hay manera en que la otra parte no reciba parte de ese fuego y se extienda a todo. ¿Cómo es que funcionaba si a los dos nos dolía? De la misma manera en que una ciudad tiene un incendio. Si sabes desde un momento que ocurrirá, preparas todo lo posible porque no te ataque y te haga daño.

¿Nosotros siempre supimos cómo apagarlo? ¿En qué momento es que te sentiste mal que me comenzó a arder a mí? ¿O es que soy yo la que se está matando a sí misma, logrando que tú también sientas ese dolor y agonía? Te amo, Rubén, y no sé si hay agua suficiente para apagar ese fuego que me quema y me consume, quitándome la vida.

Tu mitad,
Lena."