Cap 1: Un cambio

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- ¿Y que es?-

Preguntó curioso el príncipe.

-Tenemos invitados muy importantes, la familia real del reino de corazones, se quedaran aquí por un tiempo... Indefinido-

-De hecho, me topé con ellos antes de venir aquí-

El ambiente en la habitación se sentía extraño, sus padres rehuían la mirada, como si no pudieran verlo directamente... Le estaban ocultando algo.

-¿Ocurre algo?-

El joven miraba a sus progenitores, sus padres no solían actuar así... Nerviosos, era muy sospechoso.

-Bueno...-

Habló su madre.

-Ellos vinieron a cerrar una alianza entre los reinos-

-Ah una alianza.... ¿Nada más?-

No se pondrían así por una simple alianza... Era incomoda na conversación, como si los reyes buscaran las palabras de manera cuidadosa.

-¿Eso es malo?-

-No-

Dijo la reina agachando la mirada y siendo abrazado por su esposo.

-El asunto es que..... Es... Un acuerdo de matrimonio.... Entre Dante y tu-

-¿¡D-Dante!?-

El heredero del reino de espadas quedó horrorizado, él apenas conocía a ese muchacho, con suerte lo habría visto algunas veces, además.... Él no se veía con un chico....

-Lo siento hijo, pero era la única manera, debemos tener aliados, trébol se podría volver hostil y...-

Explicaba el monarca.

-¿No podría al menos ser con su hija?-

Ahora quien no podía sostener la mirada el rubio a sus padres,no quería un matrimonio arreglado...

-No se podría... Hijo... Tu marca no es como la de tu padre... Es como la mía... Al igual que la de Helga, no pueden estar dos reinas, a cambio Dante tiene la marca de rey-

Hablo con delicadeza la madre para no asustarlo, a pesar de que este ya lo estaba.

Leonard sentía como su mundo se caía en pedazos, no sabía como reaccionar, por lo que opto por lo más fácil.

Huir.

Abrió algo brusco la puerta casi golpeando a Yao; quien estaba entrando a la habitación.

Salio corriendo del lugar siendo un remolido de frustración y confusión.

Al llegar a su habitación se encerró en esta, necesita enfriar la cabeza.

Había llegado por fin a su muy amplia habitación, se tumbo en la cama, mirando hacia el techo color azul, como todo en ese castillo, a decir verdad.

Abrazó su almohada con fuerza, hundiendo su rostro en ella.

Su mente giraba y giraba al rededor de algo que todavía no podía digerir.

Un matrimonio arreglado es algo del  pasado, y tampoco le agradaba la idea de contraer matrimonio con otra persona a sus jóvenes dieciséis años. Pero él era el príncipe, era su deber, debía hacer lo necesario para mantener a salvo a su pueblo de una posible guerra, y si una boda era la única respuesta, era su obligación hacerlo.

Dio un par de vueltas más en su cama, como para acomodar un poco las cosas en su mente, y dejo salir de sus labios un suspiro profundo mientras cierra sus ojos suavemente.

Unos suaves golpes en la gran puerta de caoba lo obligan a abrirlos.

-Pase -

Susurra mirando hacia otro lado.

El sota se adentró en el cuarto del príncipe, cerrando la puerta con suavidad detrás de si. Jones aun se rehusaba a mirar hacia esa dirección, sin embargo, tantos años siendo el sota le habían enseñado lo que eso significaba.

Por lo tanto, se limitó a sentarse al lado del rubio.

-Leonard...-

Comenzó, posando su mano en el hombro contrario.

-Se que es difícil, pero debes entender que esto es por tu bien y por el bien del reino, aru.-

Logró relajar un poco al ojiverde y también llamar su atención.

- Yo... Ni siquiera lo conozco -

Mencionó, haciendo notar que lo que decía era una de sus preocupaciones.

Yao tapó levemente sus labios con la palma de su mano, para detener una inevitable pequeña risilla.

-Bueno... Déjame contarte algo, aru-

Atento a lo que el castaño decía, el de lentes de giró completamente para poder escucharlo mejor.

-Antes de ser reyes, tus padres no se conocían, bueno, no del todo, eran compañeros de instituto, pero no trataban uno con el otro y rara vez intercambiaban palabras, aru. Sin embargo, con la muerte de los antiguos reyes y sin un heredero al trono, las marcas surgieron de nuevo, en dos personas totalmente opuestas; tus padres, aru. Ojala pudiera enmarcar la cara de sorpresa que pusieron al presentarlos. -

En este punto el chino soltó una leve risa, recordando los viejos tiempos.

-Por supuesto, las cosas no fueron muy bien al principio, bueno, ya conoces el fuerte carácter de tu madre. Parecía que nunca terminarían de reñirse, esto me tenía totalmente preocupado ¿Cómo mantener a un pueblo unido si sus gobernantes no lo estaban? Pero un día, mientras miraba por la ventana, pude verlos, ambos mirando las rosas, riendo alegremente, tomándose de las manos, y sentí que eran uno para el otro, aru. -

El joven escuchaba atento, pensando en lo que Yao le decía, mientras este acariciaba el cabello del príncipe, acomodándolo.

- Leonard, nunca sabes lo que sucederá, el destino es engañoso, enreda y desenreda las cosas a su gusto ¿Cómo es que dicen?... "Es capricho del destino"-.

El sota lo abraza y le dedica una sonrisa que el rubio le devuelve, pareciendo estar de mejor humor.

-Arréglate un poco, la cena con los reyes de corazones va a comenzar, y es importante que este presentable, aru. -

El joven príncipe soltó un pequeño bufido.

El castaño se retiró de nuevo con una pequeña reverencia sarcástica, pues, no la necesitaba, para él, Yao era una persona de confianza, casi como un hermano mayor.

Jones se miró un poco al espejo de cuerpo entero en su habitación, tenía el cabello despeinado, había llorado un poco, por lo que sus ojos estaban rojos e irritados, pero no era nada que no se pudiera arreglar con un par de gotas, su ropa estaba arrugada y su moño volvía a estar torcido. Si tan solo su madre lo viera en ese momento...

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Laura: ¡Siento la demora! Tea había enviado hace tiempo su parte... Es culpa mía la demora...

TeaParadise: Tardamos un poco ¡pero ya esta el segundo capítulo! Y pienso que quedo muy bien, ojala les guste! :D

Laura: ¡Uh! La nueva portada es un regalo de Liveina! ¡Te quedo genia!

TeaParadise: Hasta la pasta!

Laura: Esta Unikornia se despide.

Matrimonio arreglado (Cardverse/Dannard)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora