Normal POV
-¡Granger, vuelve aquí!- gritaba un agitado Draco mientras corría tras una escurridiza castaña- ¡dejame explicarte!- cuando la alcanzó, no le importo estar a medio callejón Diagon y la alzó y la puso en sus hombros. Ella maldijo la hora cuando decidió ponerse un vestido.
-¡Sueltame, maldito hurón!- pataleaba y le pegaba en la espalda a Draco, quien ni siquiera se inmutaba ante sus golpes.
Ya habían pasado poco más de dos meses, y ambos se había reconciliado, llevaban una relación algo anormal. Ese día, habían decidido ir a cenar, pero algo no había salido tan bien como esperaban, especialmente él.
-¡Merlín, Granger, comportate!- le dijo mientras la bajaba en un callejón.
-Eres un estúpido- le dijo mientras se acomodaba su cabello y la camisa- y un bruto- lo fulminó con la mirada y volteo la cara.
-Si no hubieras salido como loca del restauran, esto no habría pasado.
-Ah, ¿ahora yo soy la culpable de que la maldita camarera te besará?- una sonrisa traviesa apareció en los labios de él.
-Vamos, Granger- sabia que a ella le seguía gustando que la llamará por su apellido- no te pongas celosa, sabes que solo te amo a ti- intento acercarse a ella, pero solo recibió una cachetada que lo desconcertó.
-No. Malfoy- se cruzó de brazos y él la abrazo a la fuerza.
-¿Como que no?- ella intento alejarse pero resistió a la idea, ya que era inútil forcejear contra él- ¿me perdonas?- murmuró acercándose a su rostro. Ella negó haciendo algo parecido a un puchero- ¿ah, no?- volvió a negar- ¿segura?- rozó sus labios para después separarse- ¿que tengo que hacer para que me perdones? ¿quieres que regrese al restauran y le diga a la camarera que tengo a la novia mas maravillosa de todo el mundo, y que no me interesa para nada?- Hermione pareció pensarlo, hasta que soltó una carcajada y se revolvió entre los brazos de él.
-No es necesario, Sr Malfoy- lo tomo del rostro y lo beso- solo... No vuelvas a permitir eso, me dieron ganas de desgreñar a esa...- dijo ceñuda, después relajo la expresión y acarició el rostro de él- ¿por qué eres tan jodidamente guapo? Detesto que todas mueran por ti. Eres mío, idiota- Draco alzó una ceja y sonrió de lado, aun rodeándola con sus brazos.
-Sé que soy irresistible. Pero no tienes por que preocuparte, solo tengo ojos para ti. Las demás pueden irse al infierno- acarició su espalda y la beso, mordiendo su labio inferior- lo mismo me pasa a mi cada vez que un idiota te mira con deseo. Tu también eres mía, ¿lo recuerdas?- se volvieron a besar, esta vez fue mas más prolongado- oye...- dijo después de separarse.
-¿Hummm?- aun aún estaba algo mareada por el beso. Siempre provocaba esos efectos en ella.
-¿Esta vez si quieres ir a cenar, o prefieres ir a mi casa?- le preguntó con voz ronca- aunque preferiría brincarme al postre- se rió entre dientes y le mordió él lóbulo de la oreja. Ella enrojeció hasta las orejas. Le encantaba hacerla sentir nerviosa, a pesar de todo, ella seguía siendo la misma.
-Mejor vamos a cenar- le dio un ultimo beso y se separo de el, tomándolo de la mano, entrelazando sus dedos. A pesar de las protestas de Malfoy, , tuvieron una velada agradable. La sorpresa debería esperar un poco más.
(...)
-Mamá, Papá, él es Draco Malfoy, mi... Novio- dijo Hermione mientras agachaba la mirada abochornada. Ese era el día en que Draco conocería al fin a los padres de ella, después de tanta insistencia.
-Señora Granger- tomó la mano de la mujer en frente de él , y la besó con galantería, para después entregarle un hermoso ramo de rosas. La madre de Hermione parecía muy feliz con el novio de su hija- Señor Granger, un placer conocerle- estiró su mano y él señor Granger la estrecho mirando mal a la persona que le quería quitar a su "pequeña hija"- Hermione me ha hablado cosas maravillosas sobre ustedes- sonrió tomando de la mano a Hermione, quien seguía sorprendida por su comportamiento, a pesar que ya conocía muy bien a Draco, este no dejaba de sorprenderla.
-Él gusto es de nosotros, Joven Malfoy- habló aún desconfiado el hombre.
-Puede llamarme Draco, si así lo desea.
-Muy bien, Draco- poco a poco parecía que el señor Granger quitaba su reticencia sobre el muchacho- pasemos al comedor, la comida esta lista- tomo el brazo de su mujer, y se dirigieron los cuatro a la mesa.
-Esto es vergonzoso...- murmuro ella.
-Shh, calmate, todo saldrá bien- besó su frente y recorrió la silla de las dos mujeres. La señora Granger lo miraba con emoción.
-Y dime, Draco, ¿desde cuando conoces a mi hija?- preguntó el señor después de que se sirviera la comida.
-Verá, señor, yo a su hija la conozco desde que entramos a Hogwarts, aunque apenas hace menos de un año, me di cuenta de lo maravillosa que era y es, su hija- la miró con ternura, haciendo que se sonrojase por las palabras- sin duda, ella se ha robado mi corazón. Estoy seguro que es la mujer de mi vida- aseguro besando el dorso de la mano de ella.
-Entiendo. Así que...- los miro a través de sus gafas- ¿cuando se casaran?- Hermione escupió el jugo que estaba bebiendo y Draco sonrió con un brillo en los ojos. Pero aun no era el momento. Aún no.
(...)
-Llegaré tarde si no me levantó ahora- murmuró ella acostada en la cama, aun envuelta en el abrazo posesivo de él. Llegaría tarde a la escuela de Medimagia si no se apuraba.
-Vamos... No te vayas- él la atrajo hasta su cuerpo semidesnudo y beso con parsimonia el cuello de ella- quedate aquí, conmigo. En la cama- Hermione soltó una risita antes de levantarse. Desnuda- y aún así quieres que te deje ir- se estiro y observo la bella silueta de su, novia, sintiendo como el deseo invadía su cuerpo.
-Lo siento, debo irme- se metió rápidamente al baño y salio ya lista y arreglada.
-Recuerda nuestra cena de hoy. Te tengo una sorpresa- se acerco a ella y la beso, antes de sentir como asentía y salia del cuarto, para segundos después salir de la mansión Malfoy. Ese era el día, ya no había marcha atrás.
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Una Mirada (Dramione) •EDITANDO•
FanficDespués de la Segunda Guerra Mágica, Hermione regresa a cursar su séptimo y ultimo año en Hogwarts, junto con sus amigos Harry Potter y Ronald Weasley. Cosas algo increíbles y sucesos que cambiaran el rumbo de su destino. Lo que nadie nunca jamás s...