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Todos creen que somos perfectos. Por favor, no los dejes ver a través de la cortina.
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⚘┆ Hwe Ji
Viernes, por fin había llegado y la verdad es que había sido una semana que me torturó, desde aquel día... la semana se había hecho bastante pesada, lenta y cansada, pero por fin era viernes, aunque lo único malo era las clases particulares de violín que tenia que tomar, no era que me desagradaba de hecho mientras me mantuviera lejos de casa mejor mas ahora que los nervios me carcomían.
¿Por qué había accedido a hacer el trabajo en casa? Dios, era la peor idea que pude haber accedido, pero es verdad que me sentía un poco culpable por cómo había tratado a Min, si bien no lo conocía del todo, como a la mayoría de mis compañeros lo conocía de vista y solo lo estrictamente necesario; no tenia porque tratarlo de aquella manera. De todos modos, no quería verlo, pero tenia que mostrar el interés por aquel trabajo como en la mayoría de las cosas que hacia y realmente no me sentía de aquella manera, mal habito.
Pero por suerte ninguno dijo algún día para realizar aquella actividad, solo le había entregado el papelito con mi dirección escrita antes de que empezara la clase; por lo que hoy solo me concentraría en terminar ese estúpido trabajo, librarme de aquello, aunque... ¿De vería pedir disculpas? No... él fue el entrometido en todo esto... aunque... bueno realmente no sabía qué hacer.
Suspire bastante frustrada mientras caminaba hacia mi casa y acomodaba la pequeña mochila donde traía mi violín, el solo pensar estar con Min a solas me producía nauseas por los nervios y ansiedad, podría preguntar cosas... cosas que no estaba dispuesta a contar y por ende terminaría de un modo bastante agresivo.
― He llegado. ―hablé fuerte y claro cuando había ingresado a la casa mientras me quitaba los zapatos y me ponía las pantuflas que normalmente usaba, suspire cansada, solo quería acostarme, era agotador fingir estar bien, ser una hija ejemplar más por obligación que porque quisiera.
―Hwe Ji, cariño. ―escuché la voz de mi madre acercándose apresuradamente justo cuando había visitas lo cual me dejó intrigada, tenía una sonrisa fingida, aunque era más como forzada por los nervios―. Que bueno que ya llegaste, no me dijiste que tu amigo vendría, lo haz hecho esperar demasiado.
La miré confundida, aunque no podía quedarme en el lugar que estaba de inmediato me empujó hacía las escaleras para que subiera―. Pero mamá, yo no
―Después hablamos, primero ve a atender a tu invitado. ―su voz era una calma completamente fingida a la par con su sonrisa con la mandíbula bastante tensa, la miré con seriedad, sabia que no discutiríamos al menos no ahora.
Subí rápidamente y fui hasta mi habitación encontrándome con quien menos quería ver, Min Yoongi, peor aún estaba curioseando entre mis cosas, cerré la puerta para que mi madre no pudiera escuchar, con mucho cuidado, pero al parecer no lo suficiente para que Min no se sobre saltar, deje la pequeña mochila de mi violín en la silla de mi escritorio.
― ¡¿Por qué mierda viniste?! ―Grité en un susurro, me sentía alterada porque estaba en mi espacio personal, ni a mis más íntimas amigas, si es que existieran, les había invitado a estar aquí, caminé de un lado a otro tratando de no poderme a la defensiva o explotar en el momento ―. ¿Qué diablos haces aquí?
Trataba de calmarme, si bien él ya me había visto de una forma bastante alterada, no estaba en mis planes que viera una discusión más grande al querer intervenir mi madre.
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HUGS | 포옹 | 민윤기.
Fanfic― ¿Por qué? ― ¿Qué? ― ¿Porque cada vez que lo intento... siempre estás ahí? ―terminó murmurando lo último, tratando de no mirarlo. ― ¿Te han dicho que eres tan cabezota? ―preguntó Yoongi tratando de evitar el tema anterior que le dejaba intrigado y...