¿Sabes porque te quiero?

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Entramos a la casa y le indique que dejara las bolsas en mi habitación, mientras yo servía el helado.

-De acuerdo, acepto la condición -dijó cogiendo uno de los tazones con el postre, yo cogí el mío y nos sentamos como chinitos en el sofa de la sala.

-Bien... cuando eramos niños estaba celoso de Sallie - confesó para luego meterse una cucharada con helado.

- ¡En serio! ¿Porque? - Pregunté muy asmobrada. Si su confesión era cierta, lo fingió muy bien, en realidad parecía que le gustaba Sallie.

- Porque cuando estabas con ella, me decias ''estamos hablando cosas de niñas'' - Dijó haciendo una mala imitación de voz de niña - Y me echabas - Dijó y bajo la mirada, por lo que no pude ver su reacción al acordarse de esto.

- ¡oh, vamos! A mi no me engañas, estabas loco por Sallie - dijé. Aunque yo haya sido la única que veía su atracción por Sallie, estaba segura de que era cierta; no era como si hubiese imaginado todo tratando de negar su atracción por mi ¿o si?

- Eso creías tu, aunque sinceramente no se como se te ocurrió que eso podía ser así cuando lo único que yo hacía era estar contigo - Dijó, pero no creo que su intención era que yo lo escuchara.

- Yo te gustaba... - Dije asimilandolo. Muchas personas me lo habían dicho a lo largo de mi infancia, pero nunca les creí siempre creí que no era mas que un juego, hasta cuando tuve como diez años entonces pensaba que todos malinterpretaban nuestra amistad; pero nunca se me pasó por la cabeza que pudiera ser verdad - ¿Por cuanto tiempo fué así? - Pregunté. Estaba segura de que no podía extenderse hasta los catorce años, ya que unos meses después del incidente con la niña obsesionada con Hurley, él empezó a salir con Lizzie Simmons y fueron novios por tres años hasta que ella conoció a un chico cuatro años mayor a ella y terminó con Hurley para salir con el veinteañero. Pero aún asi ¿Por cuanto tiempo le había gustado?

- Lo siento, es tu turno de confesar - Dijó alzando las palmas de las manos. De acuerdo, no importa; todavia había tiempo para preguntarle.

- ¿Te acuerdas de Carmen? - Pregunté reprimiendo un sonrisa a causa de lo que estaba por confesar.

- Mmm... Carmen O'her, la niña loca - Indagó.

- Si, bueno, también fue tu primera novia - Dijé. Si, la niña obsesionada con Hurley se llama Carmen O'her.

- Agh, si, me arrepiento de eso - Dijó haciendo una mueca - y ¿Que con ella?.

- Le dijé que estabas loco por ella - confesé.

- Antes o después de la ''tragedia'' - Dijó algo serio. ¿Le importaría ahora después de tanto tiempo? Si, ya se que a mi me importó su confesión de que yo le gustaba, pero eso era diferente, porque todo cambiaba si yo le había gustado en su adolescencia; quizas no para él, pero cambiaba mi forma de verlo a él.

- Antes, cuando no eran nada y tu solo le gustabas - Admití. Bueno, si es cierto; mi pequeña broma/mentira había incrementado la seguridad en ella de que algo posible era posible entre ella y mi amigo, de hecho esas palabras fueron el motor para que ella fuera hasta su casa y le dejara una caja de chocolates y seguido de eso un muy fácil, para que luego de eso Hurley dijera a todos sus amigos que el ya tenía novia.

- Eso quiere decir que gracias tu mentira ella juraba que yo la quería - dijó en tono analítico

- En realidad fue una broma/mentira - Lo interrumpí.

- ¡Diablos, Sue! Te das cuenta que si no hubiese sido por tu ''broma'' yo me hubiese ahorrado uno de mis mayores traumas de mi vida - Bramó e hizó señas de comillas con los dedos al decir la palabra broma.

Los polos opuestos se atraenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora