- ¿me podrías decir lo que estas pensando, por favor? - susurró de pronto Thomas saturando el profundo silencio que reinaba en el auto.
Aquello me saco de mis pensamientos - los cuales supongo que ya te imaginas -, pero basicamente van por el tema: "acabo de darme cuenta de que estoy enamorada de mi mejor amigo y además de alguna extraña manera una de las mejores editoras de libros acaba de decirme que le gusto mi libro" entonces si obviamente el noventa y nueve porciento de mi cabeza estaba en cualquier parte menos en el auto de Thomas.
Luego de haber tenido la más increíble y surreal conversación de mi vida Thomas y yo fuimos por un helado de fresas para celebrar y yo de la emoción no pare de hablar ni un solo momento - ya lo se, que vergüenza - luego el se ofreció para llevarme a mi casa.
- Ehm... si, claro... esto... - fue todo lo que mi boca pudo articular. Thomas me vió arqueando una ceja y yo inhale y exhale. - Pensaba en ti... - dije asimilando cada palabra - pensaba en ti cuando eramos niños, pensaba en ti cuando volvimos de aquellas vacaciones, pensaba en cuando de pronto ya no eramos nada mas que dos personas que alguna vez se conocieron, recorde cuando me hablaste por primera vez después de tanto tiempo y como me gusto volver a escucharte - dije bajando el tono de voz mientras continuaba hablando hasta que fue igual de alto que el sonido del aire acondicionado mientras veía la carretera.
Thomas no respondió nada por un tiempo que para mi fue eterno, de pronto dijó: - siempre hablabamos, incluso cuando nos distanciamos - comentó.
- si bueno, hablabamos tanto como yo le hablo al jardinero que poda mis plantas - acoté
- oh, si lo recuerdo y luego te hable porque te vi leyendo en recreo, mientras las demás niñas conversaban y reían tu estabas sentada bajo ese enorme manzano. - dijó junto con una sonrisa.
- si y que fue lo que me dijiste? - pregunte sin darle tiempo a contestar - " Eres niña o alguna especie extraña de adulto enano?" - dije yo. Al recordar el momento no pude evitar reir por las ocurrencias de Thomas y la manera de como lograba irritarme tanto con solo decirme un poco de ridiculeces.
- Si es cierto, aunque sabes que la verdad pensaba que se te veía muy bonita sentada allí tan ajena al mundo en el que yo estaba, pero a la vez tan propia de esa escena de ti bajo el gran árbol - dijó mientras sonreía.
- En serio eso confirma mi teoría de que la mente masculina es uno de los mas complejos enigmas que espero algún día nosotras las mujeres podamos descifrar - dije entre risas
- Nosotros enigmas?! - exclamó Thomas - Y que hay de ustedes las mujeres? "si" significa "no", cuando dicen: "haz lo que quieras" y uno hace lo que uno quiere se enojan mas de lo que estaban al principio y uno hizo lo que pidieron - dijó con cara de indignación.
- Obviamente y cuando decimos "si" a veces también es "si" - dije sonriendo - en realidad no somos tan complicadas solo tienes que aprender a descifrarnos - añadí.
- me regalas un diccionario? - preguntó sonriendo mientras aparcaba el auto frente a mi casa.
- Claro, mañana mismo compro uno y te lo llevo hasta tu casa - dije con sarcasmo y en eso me di cuenta de que ya era momento de despedirnos, pero no quería que se acabara este momento - bueno, chao nos vemos pronto - dije dubitativa.
- Si, chao nos vemos... - ahí se detuvo y la expresión de su rostro cambió, frunció las cejas y su mirada de pronto fue extraña como una mezcla de ira y curiosidad.
- Si? - dije después de un largo silencio.
- Qué harás mañana por la noche? - preguntó mientras veía a través del parabrisas con la misma expresión y aunque la pregunta sugería una cita o algo parecido su actitud mostraba lo contrario.
- Mmm... creo que Sallie se va a pasar por aquí a ver películas - dije y aunque no era cierto por algún motivo, desconocido para mi, supe que había sido la respuesta correcta.
- Ohh, bueno que se diviertan - dijó y de pronto su mirada cambió otra vez a la del chico lindo que había estado conmigo toda la tarde, mientras me sonreía.
- Gracias... bueno, chao nos vemos por ahí - dije tratando de sonar lo mas natural posible aunque haya vivido uno de los momentos mas confusos posibles.
- Si, chao - dijó y se despidió dandome un beso en la mejilla, luego me baje del auto y entre a mi casa.
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Los polos opuestos se atraen
RomanceElla, una escritora con muchas esperanzas, una chica alegre, soñadora y divertida, que ve por los demás y su mayor pasatiempo: leer un buen libro en casa. El, un surfista famoso en todo el mundo, no solo gracias al surf, sino también a sus diversas...