Capítulo 10: EMPEZAR DE CERO.

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April, la protagonista de tragedias, miraba atentamente a las azafatas informar sobre las medidas de seguridad. Mia y Elliot no hacían ni caso, estaban muy ocupados besuqueándose y haciéndose tonterias de enamorados. Normalmente, dicen que los móviles no se pueden usar dentro de un avión, pero como ella era la única y estaba cansada de escuchar el tintineo de las ruedas al acelerar, se puso música. Se colocólos auriculares, y clicó en Jamenson de Zella Day. El señor Ethan Drake Jamenson volvió a ocupar sus pensamientos de manera excesiva. Esta letra de la canción, decía mucho de ellos. Bueno, de lo que fueron. Sobretodo la parte en la que dice: "Me quieres, pero me tratas como si no lo hicieras"

El móvil pasó de canción y se reproducció Jerome de Zella Day. Entonces se acordó de mi padre, Jerome Widsney. ¿Qué hizo mal él para recibir una infidelidad? Para enterarse que su mujer estaba embarazada de un maldito vampiro. Él, que las protegía a las tres. Que se desvivía por sus hijas. ¿Qué más podian pedir ellas, eh? ¿Más atención y cariño? Eso no era posible con un montón de chupa sangres sueltos. Cuando estás en una situación así, no piensas en perder el tiempo en chorradas, piensas en proteger a tu familia. ¿Qué demuestra más cariño que eso? ¿Qué demuestra más atención que esto? Nada. Su padre, se pasaba horas y horas, de noche y de día, intentando encontrar la solución para salvarlas. Tenía en mente que ellos algún día morirían, y ellas dos, quedarian en este mundo desprotegidas, sin saber lo que les esperaba. Y a su madre eso le molestaba. Le molestaba ver que ya no dormía con ella, que ya no jugaba con sus hijas, que ya no salía de casa. Se pasaba en su estudio días enteros trabajando en ello. El problema es que tuvo un pequeño fallo. Su padre se equivocó una tarde de recipiente, y sin querer echó un líquido que no debía, en el recipiente con la sangre de sus hijas. Ese mismo día, les inyectó a Mia y a ella esa mezcla. Lo que consiguió con esto, no fue protegerlas, aunque fuese su intención, sino ponerlas más en peligro, porque hizo que su sangre fuera la cura para el vampirismo.

April se llevó las manos a la cabeza y dejó de pensar por un momento, en lugar de ello miró por la ventana del avión. Estaba todo oscuro, ya era de noche. Llegarian por la madrugada a la ciudad Waterloo de Canadá, dejando atrás el pueblo o barrio francés Royal Street, de Nueva Orleans.

Estaba lista para ver mi nueva casa, mi nueva habitación, mi nuevo...hogar. Estaba lista para cambiar de rumbo, estaba lista para empezar de cero. Sin Ethan...Sin vampiros enemigos...Sin clanes opuestos...Sin misterios, y sin secretos. Habían pasado ya las dos horas y media, y estábamos a punto de aterrizar. Solo faltaban cinco minutos.

***

Cuando el avión aterrizó, la morena tuvo que despertar a Mia y a Elliot, que se habían quedado dormidos. Una vez despiertos, bajaron los tres a tierra firme. Se dirigian hasta el interior del aeropuerto, y fueron a recepción. Cuando ya lo tenian todo listo, salieron en busca de un autobús que los llevaría a su futura y nueva casa. En la parada del autobús, Mia se puso charlatana. Veía a su hermana mal.

-¿Estás segura de que quieres esto?- Preguntó.

-Sí. ¿Por qué?

-Te noto triste.

-Mia, no puedo estar bien ahora. Al menos, hasta dentro de un tiempo no me recuperaré de toda la mierda que me he tenido que comer.

Mia lo entendió y ambas se quedaron en silencio. Ya no dijeron nada más, porque no había mucho de lo que hablar, hasta que Elliot quiso darle un poco de emoción a la mudanza.

-Chicas, ¿Qué os parece si al llegar a casa la adornamos como queramos? -Hizo un gesto gracioso, y cogió a las hermanas del hombro-Y después, nos vamos a tomar algo por ahí, en plan humanos.

-¡A mí me parece estúpendo! -Dijo Mia espléndida de alegría.-¿Te parece bien April?

-Como queráis, pero espero que esta casa sí esté en condiciones al llegar, no como la cabaña.

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