5. Vetados del Anden

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La mañana del día que salía el Expresso de Hogwarts estaba siendo tan estresante y agitada como ninguna. Todo el mundo corría de arriba abajo para no olvidar nada, el señor Weasley casi se rompe el cuello al tropezar con una gallina y Ginny le derramó jugo de calabaza a Harry dos veces en la camisa. Todos entraron al auto gracias a un hechizo del señor Weasley, que con suerte Molly no había notado.

—Querida, si me dejas activar el botón de invisibilidad...

—No

No hubo más palabras durante el viaje, llegaron con el tiempo a las justas y atravesaron la estación corriendo a toda pastilla.

— ¡Percy, tú primero! —gritó la señora Weasley mientras halaba a Ginny

Percy obedeció, luego de él entro el señor Weasley seguido por los gemelos y la señora Weasley tomando a Ginny.

—Bien, entremos antes de perder ese tren—dijo Ron tomando impulso

Era increíble como los muggles no distinguían que casi media docena de personas habían atravesado una pared. Los tres niños corrieron para entrar al andén pero los carritos chocaron contra la pared y rebotaron, los baúles se desparramaron por el suelo al igual que ellos. Hedwig comenzó a chillar y llamaba la atención de los demás.

— ¿Por qué no hemos podido pasar?—dijo Valery mientras se frotaba la cabeza y levantaba del suelo la canasta que contenía a su gato.

—No lo sé—Ron miró su reloj—Pero ya hemos perdidos el tren, acaba de partir. ¿Qué haremos si mis padres no pueden salir? ¿Tienen dinero muggle?

Ambos negaron y recogieron sus cosas tiradas mientras trataban de pensar en una solución, no podían cruzar la barrera y tampoco sabían si los que estaban dentro podrían salir de ahí.

—Ron, creo que sería mejor que volviéramos y esperáramos a tus padres en el coche, si no vuelven tendremos que...

— ¡Harry claro, el coche! —grito Ron llamando de nuevo la atención—Chicos, podemos ir a Hogwarts en el

—Es que has perdido la cabeza, ¡no podemos conducir un coche volador hasta Hogwarts, nos expulsarían y pondríamos en evidencia que somos magos! —se quejaba Valery mientras junto a Harry arrastraban las maletas y seguían a Ron

—Suenas como Hermione, descuida esto es una emergencia. Además el coche tiene el botón de invisibilidad, nada puede salir mal

Salieron de la estación y con suma rapidez metieron el equipaje en el maletero, Ron se sentó en el asiento del conductor y ya que en el del copiloto había espacio suficiente para que entrara una banca de parque, Harry y Valery se sentaron ahí.

— ¿Listos? —pregunto Ron mientras presionaba el botón de invisibilidad y prendía el motor

Ambos asintieron y en unos segundos el auto ya se encontraba a una altura considerable de la ciudad Londinense, la podían ver claramente bajo sus pies. A los minutos, el accionador de invisibilidad se estropeo y en auto comenzó a aparecer y desaparecer intermitente.

— ¡Agárrense! —grito Ron y apretó el acelerador. Subieron hasta las nubes para no ser distinguidos

— ¿Y ahora qué? —preguntó Valery mientras acomodaba su cabello por el viento

—Tenemos que ver al tren para saber en qué dirección ir, vuelve a descender—Ron obedeció a Harry— ¡Ya lo veo! Derecho hacia el norte.

Ahí estaba el Expresso de Hogwarts como una larga serpiente roja, decidieron checar el rumbo cada media hora y se adentraron nuevamente en las nubes para no ser descubiertos ni por humanos o aviones. Se asombraban por la forma de las nubes y reían al imaginarse la cara de envidia de los demás estudiantes cuando los vieran descender en los terrenos de Hogwarts.

La habilidad secreta de La niña que sobrevivió Saga #HPLNQSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora