Capítulo 1

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La lluvia caía sin cesar. El frío se apoderaba de la blanca y nítida habitación. El olor a naturaleza húmeda invadía el lugar y las gotas de lluvia decoraban las ya casi amarillentas hojas de los árboles.

Yo estaba sentada sobre el filo de la enorme ventana que daba para el lago mientras sostenía una copa de vino tinto en mis manos. Observaba la lluvia caer en silencio mientras la brisa fría entraba y traspasaba mi bata azul celeste y tocaba mí fina y trigueña piel. Mí cabello ondulado y color madera jugueteaba por encima de mis hombros mientras mí piel se erizaba al sentir el dulce tacto de la brisa fresca.

Aunque mis ojos miran con fervor el horizonte y el aguacero, mi mente está ausente, enfocada en otra cosa; perdida en mis pensamientos y en encontrar una pronta solución a mí situación. Estaba tan sucumbida que no sentí llegar a Yoochun.

"¿Puedo saber en qué piensas?" –dijo él y colocó un beso sobre mí hombro derecho

Sonreí y coloqué la copa de vino sobre el filo de la ventana y me senté derecha. Mi rostro enfrentando en el relajado y feliz rostro de él.

"En nada en específico." –dije y rodeé la cintura de Yoochun con mis brazos. "Solo observaba la lluvia caer sobre el lago. Este lugar es mágico." –dije y él se dobló a regalarme un beso en los labios.

"Sabía que te iba a gustar, así que decidí perdernos aquí por el fin de semana." –dijo él y me levantó del filo dejándome de pie, frente a él.

Lo miré a los ojos como si pudiera ver a través de los suyos. Su boca rosada me hizo una invitación y me acerqué a él. Atrapé sus labios gruesos con los míos y dejé que su lengua jugueteara con la mía. El beso era cada vez más y más profundo.

Las manos de él recorrieron mí espalda, mí cabello, mí cuello... Iban trazando como si fueran líneas imaginarias por mis extremidades y mís manos acariciaban la larga y negra cabellera de él.

Las manos de él bajaron hasta mí cintura y de mí cintura a mi húmeda cavidad, la cual rozó lentamente con sus dedos por encima del interior de seda azul que llevaba puesto. Un gemido salió de mis labios y me trinqué.

Él sonrío mientras me besaba y comenzó a tocarme más, mientras me permití moverme lentamente sobre sus manos.

"Mmm" solté.

Sin mucho más, decidió entrar la mano por mi interior y encontró la cavidad húmeda, palpitante y deseosa, la cual acarició. Mi piel tan suave y tan limpia y su mano tan caliente... Me hacía solo estremecerme solo con tocar la parte exterior de mi vagina. Con su dedo del corazón, comenzó a hacer pequeños círculos en el clítoris hasta que casi me hizo llegar al orgasmo... pero lo interrumpió.

Abrí los ojos lentamente y lo observé. Dejé correr mis manos por su pecho desnudo como trazando líneas, caminos, figuras, hasta que llegué al elástico de su pantalón. Noté su erección, hoy, más grande que nunca. Lo miré a los ojos y sonreí. La tomé entre mis manos aún por encima de la tela y él cerró los ojos. Me bajé lentamente y me puse sobre mis rodillas y bajé su pantalón.

"Leah..." –gimió él en su éxtasi. Sonreí al escucharlo pronunciar mí nombre en ese tono ronco y excitado. Tomé su miembro entre mis manos; con mí mano derecha lo masturbaba mientras con la izquierda acariciaba sus testículos y sin pensarlo, postré su deliciosa erección en mí boca. Sentí como su cuerpo se tensó completo entre mis manos. Sabía cómo exactamente a él le gustaba que lo hiciera; lento, suave... y así lo hice.

"Mmmm"- salió de los labios de Yoochun nuevamente y sentí su mano izquierda ubicarse en mí cabeza. Él entraba y salía de mí boca mientras yo seguía con mí labor de dejarlo satisfecho... o tal vez, dejarlo inconcluso como él a mí. 

Don't Say Goodbye~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora