Capítulo 4

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Luego de mí crisis, salí a pasear por el bosque con Yoochun. Fue uno de los paseos más relajantes y hermosos que habíamos dado en la vida. Estuvimos todo el día fuera de la cabaña, al aire libre...

"¿Estás mejor?" –preguntó él mientras miraba hacia el lago que daba a la parte trasera de la cabaña.

Sonreí y acerqué mí cabeza a su hombro.

"Mucho mejor. La naturaleza y tú son mí mejor medicina." –le dije y me puse en puntillas y le di un beso en los labios.

Él me tomó por la cintura y me abrazó fuerte. No quería que me soltara jamás. Era como si en sus brazos nada malo me pudiese suceder. Me olvidaba de todo, de todo lo que pasaba a mí alrededor.

Soltándome sobre mis pies me tomó de la mano y caminó conmigo hasta la casa, donde entramos a la habitación.

Sus manos corrieron mis brazos y mis caderas casi automáticamente. Su toque era como pequeños pétalos de rosas sobre mi piel; tan dulce, tan suave... me sentía tan amada en sus brazos que podía olvidar por completo mí vida y mí condición.

Sus manos se acercaron a mis nalgas y me apretaron fuerte. Sus dedos seguían corriendo por mi cuerpo y sin darme cuenta, quedé desnuda frente a él. Su boca corría cada recoveco de mí cuerpo. Su lengua corría por cuerpo expuesto y desnudo casi sin quererlo.

Sus manos me llevaron a la cama, despacio, sin prisa, y me colocaron ahí suavemente. Sentí como sus labios corrieron mí cuello y se posaron en mis labios, saciando la sed de los de él.

Su mano derecha estaba en mí entrepierna y estimulaba mí intimidad, haciéndome humedecerme aún más, preparándome para su entrada.

Sus ojos almendrados se abrieron ante los míos y una sonrisa me anunció su entrada. Suave y desgarradoramente, su erección entraba en mí exquisitamente. Cada vez, la sensación con él era distinta. Hoy, el acto tenía una magia diferente, pero de igual forma satisfactoria.

Terminando ambos. Yo caí sobre su pecho suavemente y me arrastré hacia mi lado de la cama. La cascada que formaban mis risos sobre las almohadas tocaba el hombro amplio y desnudo de él.

Él me haló hacia él y me acomodé sobre su pecho.

"Quisiera quedarme así, aquí toda la vida." –dijo él con un suspiro y colocó un beso sobre mí cabeza.

"Igual yo... pero ya mañana vamos de vuelta a la realidad." –le dije.

Él se estremeció jocosamente debajo de mí y sonreí.



Perdón por la tardanza, pero es que tengo demasiado trabajo pero aquí está el capítulo 4. Qué disfruten! 

Don't Say Goodbye~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora