Capítulo 8 "¿Derramar sangre o lágrimas?"

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— Y bien, ¿qué tal es ella? —Preguntó Noah alzando una ceja divertido.

— Es un grano en el culo, pero nada que no haya podido manejar hasta ahora —Afirmé recostándome del espaldar de la silla.

— ¿Crees que salgamos de esta? —Esta vez su mirada se tornó oscura.

— Prometí que sería así —Gruñí.

— Y te creo, pero en quien no creo es Rob Jacobs, este tipo es una piraña y sabes que cuando todo con él parece simple en algún punto terminamos más ahogados de lo que empezamos —Susurró en modo confidencial.

— Ya lo sé, pero hasta ahora todo ha marchado tranquilo, no amarres las pelotas sin necesidad, Noah —Apunté irritado.

— Bien —Suspiró— ¿Cómo es que si tu chica esta causando tantos desastres la dejas sin más en la escuela? Yo que tú cuidaría mi suerte.

— Le pagué 50 dólares a un imbécil para que la vigilase y me mandase un texto si...

De pronto mi celular vibro y rápidamente me dispuse a leer el mensaje del número desconocido. "Señor, ella acaba de irse con Fabio Di Luca a algún sitio, pero la he perdido de vista"

— Joder —Gruñí poniéndome de pie de golpe— tienes que dejar de hacer estas mierdas —Señalé a Noah mientras caminaba a la salida.

— Tengo que ver esto —Sonrió mientras me seguía.

Al subirme al auto Noah se apresuró en subirse igualmente en el asiento del copiloto, encendí el auto y presioné a todo dar el acelerador, ella no iba a salirse con la suya.

— ¿Este es su auto?

— Si, ¿no notas el ridículo aroma de alguna jodida fruta que tiene esta cosa? —Respondí.

— Ella no va a estar feliz con que lo tomes —Apuntó.

— Digamos que el hacerla infeliz me hace feliz a mí —Espeté.

Al aparcar en su escuela, me bajé y rápidamente camine hacia el imbécil que debía vigilarla, quien me estaba esperando justo en la entrada.

— ¿Dónde esta ella? —Susurré tomándolo por el cuello de su ridícula camisa.

— Se ha ido con Fabio a su casa —Murmuró totalmente cohibido.

— ¿Dónde mierdas vive ese imbécil?

— Pues yo... No lo sé —Lloriqueó.

Le solté con brusquedad y de inmediato caminé de vuelta al auto, al subirme en el tomé el celular que Rob me había obsequiado provisionalmente y se lo aventé a Noah.

— Rob activó un jodido GPS que no logro manejar, intenta encontrar rápido a Summer —Le ordené.

— Sus deseos son ordenes, su majestad —Se burló.

Una vez que Noah logró hallar la dirección en la que Summer se encontraba aparqué bruscamente frente a la lujosa casa, me planté frente a la entrada y golpeé fuerte y continuas veces la puerta, para cuando habían pasado unos 40 segundos y nadie había abierto me dispuse a dar algunos pasos hacia atrás y patearla hasta que esta abrió de golpe, de inmediato Summer quien se hallaba a horcajadas sobre el chico dio un brinco y me fulminó con la mirada, mientras que Fabio me miraba boquiabierto.

— ¿¡Tienes idea de cuanto cuesta esa puerta!? —Exclamó horrorizado.

— Te juro que no me interesa una mierda —Espeté tomando a Summer del brazo y haciéndola colocarse de pie.

Máscara de dos almas rotasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora