Capítulo 10 "La estocada final"

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— Casi me suspenden por tu estúpida jugarreta —Gruñí cruzada de brazos frente a quien parecía el mismísimo demonio en mi vida.

— No era mi intención, en realidad, solo quería añadir gente a la lista de personas que te aborrecen —Sonrió petulante.

— ¿Añadir personas a...? —Fruncí el ceño.

— Honestamente sé que ellas nunca han estado cien por ciento a tu disposición, por así decirlo, pero mientras menos lo estén más rápido te quedarás sola, sin aquello que te ayuda a no estar tan... desesperada, ¿si me entiendes? —Hizo una pausa y suspiró— es que a veces creo que eres de lento entendimiento.

— ¿Vas con todo, no? —Sonreí— Déjame decirte algo, Dylan, ¿crees que tú luchas por conseguir lo que quieres? Pues yo también, y no solo hago amenazas, yo cumplo cada paso que me propongo, porque eso que yo quiero a diferencia de ti y tu sucia necesidad de dinero es vivir en paz, pero si para ello tengo que destrozarte en el camino porque tú decides atravesarte, pues bien, no te voy a llorar para que te quites.

— Su sonrisa se amplió de manera tan natural que me hizo parpadear— Esfuérzate un tanto más entonces, Summer, porque el puntaje está actualmente en tu contra.

— No por mucho —Gruñí dándome media vuelta con las llaves de mi auto en mano.

Salí apurada de la casa, con la cabeza un tanto revuelta con miles de pensamientos y un centenar de amenazas, groserías e insultos que acabaron atascados en mi garganta gracias a Dylan. Maneje lentamente hacia la escuela de Shantel, con el sobre aún depositado en el asiento de atrás sellado. Le eché un vistazo mientras esperaba que el semáforo cambiase de color y mi pecho se hundió, definitivamente me había tomado con la guardia baja.

Aparqué justo frente al lugar donde Shantel esperaba sentada con un grupo de niñas, al ver el auto se colocó de pie y corrió hasta el asiento de la parte trasera, abrió la puerta y se subió despidiéndose con su mano de sus amigas.

— ¡Hola Sum! —Me saludó entusiasmada.

— ¿Cómo te fue hoy? —Procuré sonar lo más neutra posible.

— Bien, mi maestra me ha dado una calcomanía por comer todo mi desayuno —Me informó sonriente.

Suspiré y conduje en silencio de regreso, fue cuando escuché que Shantel soltaba un gritito que maldije por lo bajo.

— ¡Shantel no! —Grité arrebatándole el trozo de papel de las manos antes de que pudiese abrirlo.

— ¿Es del tío, cierto? ¡Ábrelo, ábrelo, Summer, quiero ver! —Me rogó brincando sentada sobre el asiento.

— Luego, Shantel —Respondí con firmeza.

Esta me miró consternada y se cruzó de brazos, quedándose en total silencio durante el resto del trayecto, ofendida por mi falta de tacto. Para cuando llegamos Dylan se encontraba cocinando mientras silbaba una estúpida canción demostrando lo victorioso que se sentía.

— Huele rico —Dijo Shantel acercándose a la cocina.

Dylan se limitó a sonreírle y esta de inmediato se sentó a la mesa a esperar su porción de comida, le miré recelosa y entonces este me hizo un guiño.

— Tranquila, Summer, no voy a envenenar a tu hermana —Redujo su voz hasta llegar a un susurro y me miró de forma confidencial— pero aún así creo que tu si deberías cuidarte, igualmente como hoy estoy de buenas he sido gentil y solo he hecho un poco para Shantel y para mí.

— No te molestes, jamás probaría algo cocinado por ti —Bufé arrebatándole de las manos la espátula.

En ese instante escuché como alguien daba un portazo en la entrada principal, me di vuelta y me encontré con Dana y Eric colocando sus chaquetas en el perchero tranquilamente.

— El equipo está hecho una furia, linda, no sé como solucionaremos esto —Afirmó Eric tomando asiento a la mesa junto a Shantel.

— Hablé con la entrenadora y está pensando en sustituirte por Ashley como capitana —Dijo Dana para luego saludar cariñosamente a Shantel.

— ¿Qué? —Exclamé estupefacta.

Pude escuchar un suspiro lleno de satisfacción a mi lado, Dylan me sonrió victorioso y luego me dio la espalda para encaminarse hacia su habitación, donde se encerró dando un estruendoso portazo.

— ¿Ha sido su culpa? —Me interrogó Eric llevándose una de sus manos al pecho totalmente extrañado.

— Eric —respondí secamente— mi tío le paga para este tipo de cosas, por supuesto que ha sido culpa suya.

— Que cerdo —gruñó enojado— uno súper caliente, pero un cerdo al fin.

— ¿Qué significa que una persona sea caliente? —Preguntó Shantel llevándose una cucharada de la comida de Dylan a la boca.

— Nada linda, significa que se molesta muy seguido —Intentó explicar Eric.

— No lo repitas —Le suplicó Dana.

— ¿Qué vas a hacer con Dylan? —Eric me miró exhausto.

— No lo sé, realmente no sé que hacer con casi nada —Suspiré— por ahora tengo una peor preocupación en mente.

— Voy a jugar con tu celular, ya terminé —Me informó Shantel dejando su plato a un lado.

Una vez que supe que Shantel se encontraba en el piso de arriba les mostré el sobre a Eric y a Dana, quienes abrieron sus ojos como platos y contuvieron momentáneamente su respiración y es que ya llevaban el tiempo necesario apoyándome como para saber que un sobre siempre era una mala noticia.

— Ábrelo —Dijo Dana arrebatándomelo— no postergues lo inevitable.

Dana lo rasgó bruscamente e introdujo la mano en busca de su contenido, sacó una especie de invitación y la leyó en voz alta.

— "Las familias Duque y Jacobs les invitan a asistir a la fiesta de inauguración de Empresas Forb, esta reunión será pautada en el edificio Lemonade..."

— Basta —Le rogué— ya basta.

— ¿Qué significa esto, Summer? —Dana me miró con cierto atisbo de preocupación.

— Lo están aceptando, Dana, están aceptando su cumplimiento del código moral, ¿si no cómo inaugura una empresa? —Chillé al borde del llanto.

Eric hizo sonar su garganta y miró a mis espaldas indicándome que hiciese silencio, Dylan abrió su puerta y al llegar a mi encuentro me tomó de la mano y se la llevó a la boca para depositar un beso en ella.

— Parece que tenemos una hermosa cita, Summer —Al sonreír un escalofrío recorrió mi espalda, sus ojos por primera vez irradiaban maldad pura y una fría promesa de destrozarme con sus palabras.

Pude ver de reojo como Dana se estremecía a mi lado observándonos, ella sabía lo que él había transmitido, y yo también.

— ¿Qué...? —Tartamudeé.

— Iremos a esa fiesta como la pareja más infeliz del planeta, o bueno, al menos uno de sus integrantes lo parecerá —Trasladó su mano desocupada hasta mi barbilla y la acarició con sadismo— espero que vayas hermosa, nada mejor que ver cómo te vas a ir volviendo más miserable delante de todos.

— En ese instante reaccioné y lo aparte bruscamente— No voy a caer ni hoy, ni mañana, ni nunca.

— Solo me queda decirte que —susurró llevando su pulgar a mi labio inferior— me lo hiciste sumamente fácil.


¡Hola, hola! Se que he estado mega desaparecida y quizás muchas creyeron que iba a suspender la novela o dejarla pero NO, no la voy a dejar solo estuve demasiado ocupada con la universidad pero volví para quedarme, espero que sigan leyendo y me disculpen, un beso. 

Capítulo dedicado al comentario de: Fenix_764 muchísimas gracias, linda.

Máscara de dos almas rotasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora