Pase gran parte de mi noche batallando con el jodido imbécil en un intento porque me dejase salir, pero cada vez que creía poder escapar de él, él solo estaba allí, así que finalmente a las 4 a.m caí rendida en el sofá, sin una gota de energía más para batallar. Hoy nos encontrábamos en mi auto, el cual él terminó conduciendo camino a casa, con la condición de devolverme las llaves al entrar y con la idea de aprovechar el tiempo para tomar una pequeña siesta. Ninguna perra ingeniosa puede crear conspiraciones estando exhausta, ¿verdad?
Para cuando aparcó el auto frente a la casa me bajé pitando, abrí la puerta y se la estampé en la cara cuando intentó seguirme, y aunque fue una jugarreta infantil para el nivel al que yo acostumbraba, lo disfruté por un segundo.
— Vamos a tener que trabajar en tus modales, son una verdadera mierda —Espetó entrando a la casa confiado.
— Devuélveme mis llaves y lárgate —Le ordené señalando la puerta con mi dedo índice.
— ¿Por qué crees que iba yo a irme? —Dijo colocando suavemente las llaves sobre la palma de mi mano restante mientras sonreía petulante.
— ¿Disculpa...? —Respondí aturdida.
— ¡Summer, estaba preocupada, eres una..:! —Escuché a Dana a mis espaldas mientras bajaba las escaleras— Oh, ¿también trajiste hoy a tu nuevo chico de la noche? —Gruñó.
— Dana...
— ¡Te dije que no le había pasado nada malo, nena! —Exclamó Eric a sus espaldas siguiéndola— ¡Oh, Santo! —Exclamó atontado al ver a mi nuevo grano en el culo.
— Hola —Les saludó divertido.
— No es nada mío —Gruñí mientras intentaba acallar a Dana con la mirada.
— Claramente, nunca ningún chico lo es, Sum —Bufó mientras se cruzaba de brazos.
— En ese caso —Dijo Eric bajando los escalones restantes y tendiéndole la mano— un placer, soy Eric.
— Soy Dylan —Dijo estrechándole la mano de vuelta— y solo para aclarar...
— Eres hetero, lo sé, eres tan... masculino —Dijo Eric sonriente.
— Oh por Dios —Susurré llevándome las manos a la cara.
— Yo... Te dejaré a solas con tus... amigas —Declaró Dylan riéndose con la mirada.
Para cuando se fue a alguna parte de la casa, Dana me fulminó con la mirada, mientras Eric casi saltaba de la emoción, las dos típicas reacciones inversas de ambos.
— Escucha... —Inicié intentando hacer calmar a Dana.
— ¿Qué me dirás? ¡Ya sé que te has ido de fiesta a algún sitio nocturno y lo has conocido, te acostaste con él y te trajo a casa, Summer, entiendo que esto es lo que debes hacer en ciertas ocasiones pero es excesivo a veces y es peligroso! —Gruñó.
— Dana, me fui a un sitio nocturno, pero él no es ninguna víctima —Gruñí de vuelta perdiendo la paciencia.
— ¿Entonces qué?
— Mi tío lo contrató —Declaré.
— ¡Esa lagartija! —Chilló Eric.
— ¿Qué? —Respondió Dana incrédula.
— Es por el jodido código moral de sus industrias, si no me hace entrar en cintura lo dejarán fuera —Les recordé.
— Oh por Dios —Susurró comprendiendo todo.
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Máscara de dos almas rotas
RomanceDylan, manejado por su conciencia se ve obligado a proteger a todo su equipo de un grupo de delincuentes mucho peor que el propio, pidiéndole a Rob Jacobs, uno de los asesinos más peligrosos del país que lo ayude. Este al quedarse sin opciones acept...