Abrí las ventanas de par en par, respirando el cálido aire de la primavera, el sonido de la naturaleza reinó en mi habitación, llenando de vida cada rincón. Agarré mi taza de café y tomé un sorbo, el amargo liquido caliente corrió por mi garganta, quemándola. Recordé ayer por la noche nuestra cita, la cena, la película, sus labios, todo habia sido tan perfecto, no podia pedir mas. Nos reuniriamos en el café en que nos conocimos por primera vez ¿que si estaba feliz?. Ayer fue la ultima vez que lo vi y sentía que había pasado una eternidad desde que no lo veía.
Me puse la mejor ropa que tenia y salí del edificio, saludando al viejo Eduard que siempre estaba con su elegante uniforme decorado con una cariñosa sonrisa. Se había vuelto una rutina, salir a tomar algo con Stephan, me había acostumbrado a todo eso, a ser feliz.
Ayer después de ver la película, Stephan me sugirió pasar estas vacaciones en una casa en la playa, solos, nosotros dos, solo acompañados con el sonido de las gaviotas y las olas golpeando en el muelle. No lo pensé dos veces, me parecía increíble la idea, serian unas vacaciones perfectas. Pero no le respondí, le dije que lo pensaría bien, no quería parecer una chica desesperada que no tenia nada que hacer en su vida, porque en realidad no tenia que hacer absolutamente nada. Tenia que empezar a trabajar en la empresa de mi padre para que no llegaran a sospechar nada.Al entrar en el edificio donde trabajaba Stephan me topé con aquella chica, ella era la que nos había acompañado al club de aquella noche, la compañera de Michael ¿tendran alguna relación? Era muy simpática, de seguro él estaba detrás de ella.
-¡oh!- se sorprendió al verme de nuevo. -hola Clark, hace poco que no te veo- me sonrió mientras acomodaba los folderes que sostenía en su pecho.
-si...
-Jenna, mi nombre es Jenna. Creo que no me había presentado adecuadamente aquella noche.
-no tuvimos la oportunidad de conversar.- estuve de acuerdo con ella
-Michael me hablo muy bien de ti.
-¿enserio?- abrí mis ojos sorprendida.
-claro. Nos vemos después Clark, tengo que llevar esto al edificio de al lado- en su voz se notó el cansansio, de seguro tenia mucho trabajo que hacer.
-si quieres puedo ayudarte- sugerí
-no te preocupes linda, no es nada- me sonrió amablemente y se retiró.
Seguí caminando hasta el elevador y entré, presioné el botón que dirigía hacia el ultimo piso y las puertas comenzaron a cerrarse, pero un folder grueso bloqueo las puertas para que no se cerraran. Al abrirse completamente había una mujer de cabello marrón recogido en un moño alto y la cola de caballo le llegaba hasta la cintura, su piel era blanca y sus ojos eran de un verde llamativo, parecía la mirada de un gato mirando a su presa, en esta ocasión yo era la presa. Su escultural cuerpo me hacia sentir una bolsa de papa inservible ¿tenia este afecto en las demás chicas?. Entró en el elevador y me miró por unos segundos, de pies a cabeza, examinandome.
-¿me parezco?- solté, incomoda por su mirada. Ella se sorprendió por mi pregunta y sonrió, pero no era una sonrisa como la de Jenna: tierna y dulce, esta era una sonrisa que demostraba lo contrario. Eso comenzó mi fastidio, su sonrisa sarcástica quería arrebatársela con un golpe.
- dime -preguntó- ¿trabajas aquí?
- no
- ¿tienes una cita? - se giró para quedar cara a cara, al parecer mi respuesta la había molestado un poco.
- algo así -Sonreí al recordar a Stephan.
- ¿con quien? Podría guiarte -parecio interesada.
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La Historia De Un Extra
Short StoryEs triste estar en el fondo, fingiendo tener una conversación con una persona que ni siquiera conoces, y ver como los protagonistas crean su historia.