Salió de clases y sonrió a Ethan que la saludaba desde el otro lado del estacionamiento, caminando hasta él.
-Hola.
-Suba señorita -dijo él abriendo la puerta del copiloto.
Claire rió.
-¿Cómo estuvo tu día?
-Mejor que otras veces -respondió ella recargando la cabeza en el vidrio.
-No pareces tan segura.
Claire sonrió agachando la cabeza.
-Vale, estuvo horrible como siempre.
-¡Lo sabía! -dijo Ethan riendo, ella se unió a su risa.
Tardaron cerca de 15 minutos en llegar a la iglesia, ambos bajaron y caminaron hasta la salita del grupo de apoyo, ahí estaban los niños sentados en un círculo como de costumbre. Leah sonrió al ver a Claire, ella le devolvió la sonrisa.
-Hola -Saludo Ethan, mientras nos incluíamos al círculo.
-Hola -respondieron todos al unísono.
-¿Cómo estan todos hoy? , creo que falta alguien.
-Clarisse está arriba -susurró Leah mientras meneaba los pies que no alcanzaban a tocar el suelo.
Claire miró a Ethan.
-Iré por ella -susurró levantandose, él asintio.
Subió las escaleras observando el lugar y buscó a Clarisse con la mirada, la vió sentada en la tercera banca, se acercó a ella.
-Hola -la saludó sonriendo.
-Hola -respondió Clarisse.
-Ethan estaba preguntando por tí, ¿estas bien?
Asintió.
-Sólo quería dar gracias a Dios.
-¿Por qué?
-Mi abuelita está sana, Claire -dijo la niña felíz.
-¿En serio?
-Sí, los médicos no pueden entenderlo, pero yo sé que Dios la sanó.
Claire la miró, ella jamás había sido muy creyente, sus padres lo eran e intentaban constantemente acercarla a Dios, pero ella jamás había hecho caso, creía que él tenía la culpa de que los demás chicos la encontraran extraña, pero ahora algo había cambiado dentro de ella, estaba comenzando a creer.
-¿Crees que pueda hablar con Dios?
Clarisse asintio sonriendo.
-¿Como debo hacerlo?
-Te pones de rodillas así, cierras tus ojos y le hablas.
-¿Me escuchará?
-Sí, no es como una conversación común porque no escucharás su voz respondiendote, pero verás su respuesta con cosas que ocurrirán luego.
Ella asintió, vió a la niña caminar a la sala del grupito de apoyo e hizo lo que ella le había indicado, se arrodilló, cerró los ojos y comenzó a orar.
-Jesús, no soy buena en esto y la verdad no sé si lo estoy haciendo bien o no, pero quiero darte las gracias por todas las cosas buenas de mi vida, por cuidar de mi y mi familia siempre y por favor, si estas escuchandome...cuida a Anne donde quiera que esté. Otra vez gracias por todo, Amén.
Se levantó y caminó hasta la sala donde estaban todos, se sentó al lado de Ethan y escuchó la conversación.
-Hoy hablaremos de Moisés -dijo Ethan- ¿Cuantos conocen la historia de Moíses?
Los niños lo observarón, Leah levantó su manito sonriendo.
-Bien Leah, ¿quién eres moíses?
-Un hebreo.
-Así es -respondió Ethan- Hubo un momento en que los egipcios vierón que el pueblo de israel estaba creciendo demasiado y faraón mando a que lanzaran al río a todos los recien nacidos hebreos, para que así no superaran al pueblo egipcio. La madre de Moisés asustada, ya que su hijo sería asesinado, lo pusó en una cesta y lo dejo en el río, para que así no lo encontraran. Una priNcesa egipcia vió la cesta mientras se bañaba en el río y se acercó para ver que era, recibió una gran sorpresa al ver a Moisés ahí dentro y decidió quedarse con él. Moisés fue educado en el palació del faraón junto a su hermano egipcio Ramsés. Aunque él sabía que era hebreo, se sentía parte del pueblo de egipto. Al crecer se dio cuenta de que los hebreos trabajaban como esclavos para los egipcios.
-¿Se pusó triste Moisés cuando se enteró de eso? -preguntó la pequeña Leah.
Ethan asintió.
-Luego de varías cosas que ocurrierón Moisés se fue a vivir con los hebreos y se casó con una mujer hebrea, un día cuando cuidaba el rebaño vio una zarza que ardía, pero no se quemaba. Moisés curioso se acercó a la zarza y escuchó la voz de Dios. Dios le dijó a Moíses que él tenía que rescatar a los hebreos de la esclavitud.
-¿Dios habló con Moisés?- preguntó Chester.
-Sí, Moisés obedeció a Dios y se dirigió a egipto. Luchó mucho para libertar a su pueblo, pero Dios siempre estuvo con él.
-¿Lo consiguió? -preguntó Clarisse, Ethan Asintió.
-El faraón Ramsés no quería liberar a los egipcios, pero luego de 10 plagas enviadas por Dios, no le quedó opción, una de las plagas acabó con la vida de su hijo y él devastado dejó partir a los Hebreos liberandolos de la esclavitud.
-¿Ahí acaba la historia?
Ethan negó sonriendo.
-Ramsés se arrepintió de la decisión que había tomado y fue en busca de los hebreos, cuando el pueblo Hebreo vió a el ejercito de Ramsés se asustó, a excepción de Moisés que pidió ayuda a Dios. Todo el pueblo hebreo se sorprendió cuando Dios abrió el mar en dos para que ellos pudiesen pasar y así arrancar de Faraón y su ejercito. Los soldados egipcios decidierón seguirlos, pero el mar fue cerrado y muchos egipcios murieron ahogados.
-¿Dios abrió el mar?- preguntó Chester sorprendido.
-Así es, luego los Hebreos caminarón durante 40 años por el desierto, y sólo algunos lograron llegar a la tierra prometida por Dios y fueron libres y felices.
La sesión terminó e Ethan y Claire caminarón al auto, subierón y ella lo miró.
-¿Es verdad lo de Moisés?
-Sí Claire, si supieras todas las cosas que Dios ha hecho, no tendrías duda de que está cuidando de Anne.
Claire sonrió.
-Estoy comenzando a creer cada vez más en él.
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N/A: Intenté resumir la historia de Moisés lo máximo posible, sé que faltan cosas importantes y pido perdón por eso. Nuevamente no se olviden de comentar! Jaja que Dios los bendiga!
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Un nuevo comienzo.
EspiritualLa vida parecía ser dura para Claire. Jamás encajó en ningún grupo y su visión era distinta a la de los demás jóvenes. Solía sentirse sola en momentos en que necesitaba el apoyo de un verdadero amigo, pero nadie estaba ahí. ¿Cuando cambiarían las c...