- ¡Les he dicho que basta! – Erik empujó a Gordon, que casi tira a Catt al suelo. Harry
se adelantó para cogerla del brazo. - ¡Ya vale! – Unos chicos del equipo de fútbol de Gordon los separaron.
Harry alzó la mirada. Catalina pudo ver como tenía un hermoso color sonrojado en sus mejillas.
Seguro que las de ella estaban más coloradas. Estaba excitadísima, y Harry, no había hecho prácticamente nada para lograrlo. Tan solo había hecho lo que tenía que hacer, cuidar de una alumna herida. Él la miró, mientras transcurría su masaje. Era la alumna más guapa que había tenido. Y era sincero. Tenía algo de belleza propia y unos ojos grandes de color verde. Bajó su mirada, pero antes, se encontró con sus pechos. Y oh sorpresa… tenía los pezones duros y erguidos. Harry bajó rápidamente la mirada, avergonzado por lo que ¿él? Había causado en esa chica. Se apartó, lentamente, y la miró a los ojos.
- ¿Estás mejor? – le dijo, sonriéndola, y pasándose una mano por rizos, inocente.
- Si, si, gracias… - se incorporó en la camilla.
- ¿Puedes andar? ¿O llamo a tus padres y te tomas un descanso en tu casa? – le guiñó un ojo.
- Puedo andar… - sonrió y se puso en pie, aun que se tambaleó un poco al principio – O eso creo. –Harry fue a ayudarla. – Gracias profesor.
- Llámame Harry. – le sonrió y la acompañó hasta la clase, cuidando de que no se
cayera. – cualquier cosa, avísame ¿de acuerdo? No soy tu tutor, pero ya le contaré al director que hoy ha habido una pelea con un tipo de tercero C en el patio. – otra sonrisa y desapareció por la puerta.
Catalina suspiró. Que hombre, dios. Encima es súper atento. ¿Pero qué digo? ¡Claro que es atento!
Soy su alumna, y si me pasa algo, la que se la cargan son los profesores… April apareció de repente frente su vista.
-¿Cómo estás?
- Muy bien. – dijo con una sonrisa de oreja a oreja. April se sentó delante de ella.
- ¿Muy bien, muy bien? – arqueó una ceja. – Espera que me lo piense… te acaban de dar una bofetada, has recibido varios golpes y el profe te ha tenido que llevar a la enfermería. ¿Y estás muy bien? - Catalina la miró, una mirada que solo April sabia interpretar bien. – Oh claro. El profe te ha llevado a la enfermería. – sonrió. – y no cualquier profe. – Y al unísono – el sustituto.