Vino.

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Escapa pronto!

hacerlo, antes de que este templado.

No, no lo hagas

por favor, vuela, no mires atrás.

Rápido, descálzate 

siente el suelo, yo te conduciré.

 Perderás tu oportunidad,

vamos, confía en tu vanidad.

Olvídate de tu familia,

conmigo, te espera la gloria. 

Luego de este breve discurso, seguí a aquella gran sombra,

no miento me causaba temor, pero su grandeza me endulzaba.

Entonces vi una escalera cuesta arriba,  la observe detenidamente

parecía estar fabricada de oro y con escalones pequeños. 

Era hora de seguir el camino tan soñado, ya delante de mis ojos

 no me podía arrepentir, así que seguí al hombre por aquella subida.

Al dar el primer paso en ella, me  pareció sentir una palmada, 

pero no le di importancia, ya que no había nadie mas a mi lado.

Solo un segundo basto y la gran escalera se torno cuesta abajo,

ya los escalones transformados en un tobogán de barro,

caí atrapado en blasfemias, desentendidas de aquella situación,

Pero estas pasaron a ser  llanto, al ver al carcelero de mi habitación,

poderoso a la vista, al igual que la demostración de su fuerza interna,

sumergido en mi llanto, me encontré sometido a una muerte eterna.

Mi subida era empinada, con todas aquellas cuerdas, carcomidas ante

 el señor tiempo, guardianas de gran sabiduría, que no supe aprovechar. 


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