La escuela secundaria Landcourt, es un famoso centro educativo que alberga cada año aproximadamente doscientos estudiantes. Su edificio data de al menos cien años de antigüedad, y siendo la primera escuela privada en la zona donde se encuentra ubicada, cuenta con cierto reconocimiento y prestigio entre los ciudadanos.
Con el pasar de los años, Landcourt fue reemplazada por nuevas instituciones que se asentaron en la ciudad provenientes de ciudades más grandes. Aunque en la actualidad no se le consideraba una escuela de élite, sigue alojando a una buena cantidad de estudiantes de clase media-alta e hijos de personalidades, mayoritariamente del ámbito político.
La escuela fue construida sobre una colina cercana al centro histórico; su estructura rocosa y de aspecto barroco le da un aspecto de castillo antiguo y la convierten, de igual modo, en un atractivo turístico de la ciudad, que se mezcla con las modernas edificaciones que comenzaron a levantarse alrededor, gracias al empuje económico que el país atravesó varios años atrás.
Desde hace veinte años, el profesor Harold Reing imparte la clase de "ciencias modernas" en esta secundaria. Una clase que actualizaba a los estudiantes sobre los avances de la tecnología y su beneficio a la ciencia, y que se imparte desde la fundación de la escuela en 1901. Su abuelo y su padre, fueron predecesores suyos en la misma clase, por lo que sus conocimientos combinan el método de enseñanza actual con un poco de los buenos valores de antaño, heredados como patrimonio en su familia.
Lo particular sobre el profesor Reing, es su preocupación por los alumnos en todos los aspectos posibles, ya que es conocido en la escuela por ser un buen consejero y guiar a sus alumnos incluso en aspectos de su vida privada.
Actualmente, Reing era el director de la afamada 'Clase S'; que debía a su nombre al hecho de que en el año 1983 todos los estudiantes de último año de esa clase se convirtieron, sin excepción, en figuras reconocidas mediante sus proyectos de vida y carreras, elevando con ello el reconocimiento de la secundaria. Este hecho, permitió que, a partir del año siguiente, se escogieran solo a los más brillantes alumnos de la secundaria para permanecer a esa misma clase, con la esperanza de repetir la misma hazaña año con año, convirtiéndose luego en una tradición.
Todos los años, en el mural frente al aula, se exhiben los logros alcanzados por los estudiantes de último año de dicha clase. El padre del profesor Reing fue el director de la primera "Clase S" y el profesor Reing espera algún día repetir ese mismo logro o quizás superarlo.
Pero, hasta el momento, aunque los estudiantes a su cargo en su mayoría adquirieron vidas respetables, ninguno había alcanzado los logros que los alumnos de su padre alguna vez consiguieron.
Mucho peor que eso, con cada año que transcurría, los estudiantes eran más difíciles de lidiar. Cada vez se presentaban faltas de respeto a la autoridad con mayor frecuencia, y los chicos se envolvían muy fácil en cosas como drogas y alcohol a tempranas edades. La juventud estaba cambiando al ritmo que la ciudad crecía, lo que ponía en tela de juicio los valores de antaño que eran enseñados en Landcourt.
Sin embargo, la responsabilidad del profesor Reing era velar por el bienestar integral de sus alumnos, sin importar cuán difícil fuera esta tarea.
En su clase de este año, Reing tenía un reto de alto calibre, del que había escuchado de otros compañeros profesores en los últimos cuatro años; un alumno que venía con trazos de comportamiento muy inusuales llamado Daniel Calo.
Daniel Calo era un estudiante modelo en el aspecto académico, permaneciendo entre los veinte mejores alumnos desde su ingreso a la secundaria hace cuatro años. Sin embargo, Daniel solía faltar a clase con frecuencia, al menos una o dos veces al mes, dos o tres días seguidos, y sin importar cuan arduamente sus profesores trataran de indagar la razón, el alumno parecía no prestar demasiada atención a sus recurrentes faltas y no daba ningún tipo de excusa sobre ellas.
Además, su padre, Robert Calo, era un senador retirado especialmente difícil de abordar; en efecto, no había asistido a una sola reunión de padres en los cuatro años desde que Daniel asistía a la institución, muy a pesar de los llamados constantes de las directivas.
La escuela había intentado en más de una ocasión enviarle cartas al señor Calo solicitando una audiencia privada para hablar sobre el futuro de Daniel, pero la dirección jamás obtuvo una respuesta.
Por esto, y por qué los directivos no contaban con el permiso expreso de su tutor responsable, cosas como enviar a Daniel con un consejero o solicitar una visita de servicios sociales eran imposibles, ya que el problema de Daniel no era considerado sospechoso en un chico de su edad, y las investigaciones a su entorno no arrojaban ningún resultado sospechoso tampoco.
Sumado a lo anterior, lo que Reing pudo indagar sobre Daniel, es que es un alumno excesivamente callado y solitario. No tiene miedo a responder preguntas o hablar en público, pero la interacción con otros compañeros de su clase es completamente nula, incluso el almuerzo, suele tomarlo en la parte trasera del Jardín, donde ningún otro alumno se asoma, como si adrede intentara evadir todo contacto humano.
—Profesor Reing ¿Aún está insistiendo con Calo? — Ingresando a la sala de profesores, el profesor de álgebra, Marco Cortez, palmeó el hombro de Reing al verlo leer con tanta atención el expediente de Daniel Calo—
Cortez fue el director de la clase de Daniel durante la mitad del primer y segundo año, por lo que él conocía al alumno mejor que ningún otro docente en Landcourt.
Al verlo entrar, Reing dejó salir una pequeña sonrisa, como respuesta a su saludo.
—Profesor Cortez, usted tuvo a su cargo a más de la mitad de mi clase durante el año pasado ¿no es así? —
—Así es—Respondió Cortez—
— ¿Qué puede decirme de Aiden Roden? —
Cortez parecía confundido con la pregunta, pues esperaba alguna pregunta sobre Daniel en su lugar, ya que era este alumno sobre el que Reing estaba leyendo.
Sacando un cigarrillo de su bolsillo y un encendedor, Cortez se aseguró de dar una amplia calada antes de responder la pregunta—Roden ¿uh? Es bastante listo, también puntual... pero suele descuidar sus responsabilidades si hay algún campeonato de atletismo cerca. El año pasado estuvo a punto de reprobar algunos créditos porque falló el examen tres veces por reemplazar a un alumno de último año que se lesionó en una competencia, así que suspendimos su membresía del club temporalmente. Pero más allá de eso, se lleva bien con sus compañeros y los profesores no tienen muchas quejas suyas... ¿Sucede algo con Roden? —
—No, nada en especial. Muchas gracias por la información, profesor Cortez— Dando vuelta a su silla giratoria, Reing volvió su vista a los expedientes de sus alumnos, estudiando ahora el expediente de Aiden Roden.
Luego de un tiempo y de analizar ambos expedientes con calma, el profesor Reing llegó a una conclusión: Si los profesores y las directivas no podían aproximarse a Daniel Calo y llegar a la raíz del problema con sus ausencias, quizá alguien más cercano podía indagar que sucedía, de forma más casual.
Reing sonrió ante su idea. Dio un sorbo final a su tasa de café mientras organizaba los libros de su próxima clase y el material que necesitaba, asegurándose de llevar consigo los expedientes de Daniel Calo y Aiden Roden.
—Nos vemos luego, profesor Cortez—Dijo Reing, saliendo de la sala de profesores—
—Suerte con sus asignaciones el día de hoy, profesor Reing—Respondió Cortez—
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Quizás mañana...
RomanceLuego de conocerse durante la secundaria y tener una historia que solo puede describirse como "complicada", Daniel Calo y Aiden Roden se reencuentran en extrañas circunstancias. Mucho tiempo ha pasado, y sus vidas han tomado rumbos muy diferentes, p...