veintinueve (2/2)

2.3K 210 103
                                    

—Julio, no te vayai'.—

Lo sigo y lo detengo con él brazo.

—Manu, para.—

Le doy un beso apasionado y me aparta.

—Manu, es enserio, cuando andes de ánimo nos juntamos.—

Puta la weá, no es mi culpa andar weón a veces.

Se enojó el weón conmigo.

Ya filo, mañana hablo con él, mejor me voy a mi casa.

Mientras voy caminando pienso, ¿Por qué lo del Martin me dejó tan achaca'o. No entiendo si se "supone" qué ya lo superé, qué ya no me pasa nada con él.

Mientras camino paso por la plaza Vinicia, en la qué se "supone" qué ibamos a estar con él Julio.

—¡Manu!—

Conchetumare, ¿por qué tanta mala suerte?

—Martin, ¿Dime?—

—Che, este, no terminamos de hablar.—

—Ah, es qué me fui con mi pololo, sorry, ¿Qué pasa?—

En ese momento baja la cabeza y dice.

—Hace tiempo qué no nos veíamos, ¿Cómo has estado?—

—¿Bacán, la raja y tú?—

—Bién.— Me sonríe.

—Y, ¿qué haci' por aquí?, ¿Veni' de visita?— Pregunto.

Dime qué si, dime qué si, dime qué si.

—No, me mudé acá hace unos 3 días.—

CONCHETUMARE ¿POR QUÉ TANTA MALA SUERTE? UNO TRATA DE OLVIDAR AL WEÓN Y NO, SE TIENE QUÉ VENIR A VIVIR ACÁ, NO PODÍA ELEGIR OTRO LUGAR EN CHILE. HAY CALETA DE CIUDADES Y JUSTO TENÍA QUÉ ESCOGER ESTA.

—Ah, ¿y dónde estay viviendo?—

—En esa casa.— Apunta con él dedo a su casa qué estaba a metros de nosotros.

EN MI MISMA CALLE WEÓN, ¿CÓMO TANTA MALA SUERTE WEÓN? ¿COMO? QUÉ ONDA, ¿QUE HICE PARA MERECER ESTO?

—¿Y vos?—

—Ahí.— Hago seña a mi casa, qué estaba al fondo de la calle.

—Che, podrías saludar a Sebas y Dani, qué se vinieron conmigo.—

—Es qué ando ocupa...—

—¡MANUU!— Gritan los dos como si hubieran descubierto américa.

—¡Hola chiquillos!—

—¿Como estás, Manu?, tanto tiempo— Dice Sebas.

—Bién, bién. ¿Y tú?— El weón todavía le salen brillitos.

—Bién.— Sonríe.

—Y tú Dani.—

—Bién.— Sonrie también.

—¿Y qué hacés por aquí?— Pregunta el Dani.

—Vivo aquí.—

—¿En la calle? Pobresito.— Dice el Sebas riéndose.

—Jajaja.— Me río exageradamente.— Segui' siendo tan weón como antes.—

—La pelotudez no se pierde nunca.— Dice el Martin guiñandome el ojo.

—Bueno chiquillos, me tengo qué ir.—

—Tan rápido vos.— Dice él Sebás.

—Si, es qué tengo qué hacer algo.—

—Un gusto haberte visto Manu.— Dice volviendome a guiñar el ojo.

Me voy caminando a mi casa.

Entro al baño y miro lo rojo qué me puse al ver al Martin. Ya veo al weón del Seba' pasándose rollo con él Martin de quién sabe qué.

Necesito un descanso de todo esto.

N/A :

Esta parte no la publiqué antes, es un error mío, lo siento.

El otro día publiqué el 30 en vez del 29, esto explica la llegada del Martin a Punta Arenas.

En serio, ¿No te das cuenta? || ArgChiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora