Capítulo 2

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¬ ¿Recuerdas tus líneas o quieres que las veamos ahora?

¬ No, está bien. Ya lo hice en casa. Estoy lista.

¬ ¿Estamos todos listos? - Pregunta Ryan. Todos afirman con diferentes gestos y palabras. Yo me limito a asentir con una sonrisa suave en mi rostro. ¡Soy una princesa, soy una princesa, no soy una devoradora de hombres! Estoy lista.

¬ ¡Acción! - Se escucha retumbar en el estudio. - Mi escena es con Andrew y el muy estúpido parece estar en pleno estado de resaca. Con la mueca que tiene en su cara parece que en vez de hablar fuera a vomitarme encima. Y efectivamente lo hace, gracias a mi experiencia pude verlo venir y tuve tiempo para moverme a un costado. Salpico un poco en mis zapatos pero como es parte de la utilería no hay de que preocuparse. "Corten" dice algún gracioso desde la parte de atrás y puedo sentir como se retrasa la filmación cuando mi compañero de oficio es sacado entre dos para que no se desmaye. Parece que también se salpicó. Pobre.

Varias horas después ya estoy lista para irme. Cuando voy saliendo, para mi sorpresa, Ryan se me acerca y empieza a caminar conmigo.

¬ Día largo, ¿verdad? - Me dice con una sonrisa muy dulce.

¬ Interminable...- Le digo tratando de imitarlo.

¬ Ese Andrew es...

¬ ¿Un completo tarado? Si. - Y luego él se hecho a reír haciéndome sentir genial.¬ ¿Necesitas que te lleve? - Me atreví a preguntar mientras avanzábamos por el estacionamiento.

¬ No gracias. Alguien viene por mi. - Dijo sin quitar la sonrisa de su rostro. ¬ Nos vemos la semana próxima.- Finaliza una vez que llegamos a mi auto y continúa caminando.

Alcancé a susurrar un "si" pero no sé si él me escucho. Solo me limite a sonreír y me quede por un rato mirándolo alejarse sin siquiera darme cuenta. Una vez que me subí al auto y eche a andar, pudo verlo una vez más. Ryan se encontró con la misma mujer del día anterior pero en esta oportunidad ella lo estaba esperando a él pegada a un auto diferente al de la otra noche. A esto no lo vi venir por lo que me frene de golpe cuando sus rostros se acercaron sin apartarse por mas de cinco segundos y contando. Note como la besaba cuando estuve mas cerca. Fue justo como en las películas. Él parecía tomar de sus mejillas con mucho cuidado y arrastraba todo su cuerpo hacia el suyo. Con ojos cerrados y la noche envolviéndolos, parecían uno solo como la sombra de sus siluetas en el asfalto.

Mientras me deleitaba con aquella escena, sentí como si algo se rompiera en mi interior.

No estaba bien.

Me sentí mal. No porque me había obsesionado con él y no podía verlo con nadie más. No. Nunca fui tan insana y no era el momento para comenzar a serlo. Me sentí mal porque por mi parte, a pesar de estar en mis veinticuatro años y de haber vivido muchas cosas, estaba segura de que nunca tuve un momento como ese. Uno que fuera verdadero y no parte de una escena de alguna de mis películas. Por alguna razón había llegado a convencerme de que nunca lo tendría.

No tarde en salir de ahí para irme hasta la casa de Nozu. Probablemente no era buena idea pero no tenia a nadie más.

Necesito un poco de distracción...

Cuando estuve frente a la puerta de su casa me dispuse a tocar el timbre pero me detuve, de repente ya no me sentía tan cómoda con mi decisión egoísta. No debería molestarla con mis tonterías. Ella no tiene la culpa de que me sienta sola. Estaba por darme la vuelta e irme de ahí pero fui interrumpida.

¬ La puerta no se abrirá sola. - Dijo una voz desde mi espalda. Me sobresalté tanto al escucharlo que inevitablemente me sostuve de la pared con una mano sujetando mi pecho con la otra.

¬ Diablos... me asustaste. - Dije casi en un suspiro dándome la vuelta para encontrarme con una silueta en la sombra que le echaba una calada al cigarrillo en su mano. Parecía el mismísimo diablo. ¿Será que ya toque fondo o quizás Nozu habrá seguido mis recomendaciones y cambio a su tonto novio por otro?

¬ Nozu no se encuentra. - Dijo la voz masculina mientras arrojaba su cigarrillo al suelo y lo apagaba contra su pie. 

¬ Ah...- Dudé en hablar cuando se hecho a andar hacia donde yo estaba. ¬...y tú ¿Quién eres? - ¡¿Porqué estaba tan oscuro ahí?! ¡Dios! No. Tranquila Milha, recuerda tus clases de Karate, las que tomaste durante meses para hacer Los condenados. Él ya estaba frente a mí cuando me puse tan rígida como la puerta que había quedado pegada a mi espalda.

¬ Soy Galean. - No tardo en decir y yo casi que recordaba ese nombre. Se me hacia familiar pero no podía pensar con su aliento a tabaco contra mi rostro.

¬ ¿Galean? - Pregunté entrecerrando mis párpados indicando mi desconfianza.

¬ Si. El hermano de Nozu. Ahora... ¿puedes salir del medio? - Me dijo el gringo contra la luz que se asomaba desde el interior de la casa. Me corrí de mala gana y salí de ahí lo más rápido que pude sin mirar atrás. ¡Pero que tarado! No estaba acostumbrada a que me trataran de esa forma. ¡Y no me gustaba ni un poco!

Al día siguiente Nozu llamó dándome las nuevas malas. Se encapricho con irse de viaje durante un mes con el gilipollas de su novio. Aunque realmente eran sus vacaciones, que había olvidado por completo que eran en esa época cuando ella me lo había mencionado en reiteradas ocasiones. Debería empezar a prestar más atención cuando me hablan. ¡Diablos!

¬ ¡Espera! - Gritó Nozu desde el otro lado de la línea. Se notaba que ya estaba furiosa porque no recordaba nada de todo lo que había dicho.

¬ ¿Qué? ¿Qué sucede?

¬ ¿Acaso recuerdas algo de lo que hablamos la última vez? - Me quede pensando en una buena mentira y la imagine dándome una mirada amenazadora.

¬ S-si. - Dije triunfalmente como una tonta.

¬ Menos mal. Mi hermano dijo que tiene muchas ganas de trabajar contigo.

¬ ...

¬¿Milha?...¡¿Milha?!

¡¿Queeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeé?!

¬ ¿Milha? ¿Estás ahí?... Bueno, hablamos luego. - Y ella corto, mientras quede en estado de shock. En ese momento me encontraba en mi alcoba, probándome un par de prendas que me habían mandado de una marca de ropa que me pagaba por ser parte de su campaña. Mi boca había quedado abierta y me senté en mi cama como pude.

¿Qué carajo esta sucediendo? ¿Acaso me perdí de algo? No solo Nozu se va y me deja sola, sino que me deja con su hermano.

¬ ¡¿Pero que mierda te he hecho Nozu?! - Grité lo mas fuerte que pude pero nadie podría oírme...Nadie excepto Beatrice, que limpiaba mi casa.

¬ ¡Maldita seas Nozu!

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Hola! Les cuento que la imagen multimedia de este capítulo es una de las primeras carátulas que hice para esta historia. Es el mismo Galean pero sin barba y con pelo corto. ;) Espero que le tengan paciencia a Milha y sigan leyendo.

Saludos!!

Confesiones, inseguridades y locuras de una actriz en ascenso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora