Capítulo 10

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—¡RAVEN! ¡RAVEN! —la puerta de la oficina se abrió de la nada provocando que despertara.

Solté un gruñido y sentí una pesadez en mi pecho. Una pesada chamarra de cuero negro me cubría los hombros hasta mi cadera, quité la chamarra y me separé de la silla, dejé la chamarra en el respaldo ésta y voltee a ver a la puerta.

Su pecho subía y bajaba con rapidez, su castaño cabello se veía despeinado y sus mejillas estaban rojas al igual que su rostro.

—¿Qué quieres Gabe? —gruñí.

—¿Sí o no? —se acercó a mí y sus ojos me miraban ansiosos.

—¿Para qué quieres saber? —fruncí mi ceño.

—Tu sólo responde —dijo ansiosa.

—¿Sí? —dije. Soltó un grito de euforia y sólo la miré festejar para sí, volteó a verme y alcé una ceja.

—Vamos a ir de fiesta.

—¿Y cuándo mierdas dije que sí? —la miré inquisitiva y ella sólo hizo presente una sonrisa de malicia y caí en la cuenta de lo que ella había hecho —. Jodete Gabe.

••••••

—Mierda Gabe, esto está muy corto. ¿Cómo puedes llevar esto? —tomé el dobladillo del vestido y lo intenté bajar más pero solo lograba que mi pecho se mostrara más.

El corto vestido negro de tirantes delgados y escote profundo, apenas si cubría mi cuerpo. Sí a eso se le llamaba cubrir. Éste se ceñía a mi figura dejando ver todas las curvas que ni yo conocía. El dobladillo llegaba hasta la parte superior de mis muslos, algo que le encantaba a Gabe.

Mi castaño cabello caía en suaves ondas sobre mis hombros y mis ojos tenían sólo rímel y sombra con un poco de delineador, mis labios llevaban un color rojo sangre. Gabe fue la causante de esto.

—Toma —Gabe se apareció a mi lado con un par de botas negras con tacón, llevaba un vestido azul marino que hacía resaltar su pálida piel y cuerpo, su cabello castaño claro caía sobre sus hombros hasta su cadera, sus labios llevaban un color rojo como las rosas, el vestido era con escote de corazón haciendo resaltar su pecho con sus tacones negros de aguja; volteé verla y alcé una ceja —. Te las vas a poner y punto final.

Las tomé a regañadientes y me senté en la cama en el centro de su habitación. Pasé pies dentro de ellas con las medias de red que me separan de ellas. Las botas llegaban hasta mis muslos. Me volteé al espejo y miré mi cuerpo como una réplica de Gabe.

—Excelente. Ahora sí parezco una puta.

—Luego te quejas. Anda, vamos —. Ya me esperaba en la puerta, tomé la chamarra de cuero negra de la cama y salí con ella de su habitación.

Bajé las escaleras intentando no matarme con estas mierdas con Gabe al frente de mi, salimos de la casa y el Camaro de Jason junto con el Ferrari rojo de Kian estaban frente a nosotros bajando las escaleras.

Gabe bajó corriendo las escaleras y se tiró a los brazos de Kian, la atrapó en el aire y la rodeó con sus brazos. Casi vomito frente a la pequeña escena de amor.

Volteé al Camaro y Jason estaba con un cigarrillo entre sus labios, recargado en su auto. Sus ojos veían la misma escena de Gabe y Kian, quitó el cigarrillo de sus labios y volteó su mirada a mi, vestía con unos jeans rasgados en las rodillas y una camisa negra junto con sus botas cafés; el humo blanco salía de sus fosas nasales.

Sus grises no me soltaban.

Pasé la chamarra por mis brazos y me la puse. Bajé las escaleras y me acerqué al auto de Jason.

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