Capítulo 10

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  ―Eres preciosa, Emma. Que nadie te haga creer lo contrario.

Y entonces empezó a empujar lenta e inexorablemente, un centímetro de su pene tras otro, sin detenerse ni esperar.

La incomodidad y el daño que esperaba sentir, hizo presencia. Solté un gemido, me retorcí debajo de él y lo agarre de los bíceps. A pesar de todo, quería sentirme llena y quería saber en ese momento, que Harry era mío. En este momento, éramos uno del otro, mutuamente, no había ninguna puta redomadas. Solo Harry Styles y Emma Black.

Arquee las caderas, envalentonada, y dejé paso a la larga longitud de Harry en mi interior por completo. Solté un gemido ahogado mientras Harry dejaba escapar una maldición de entre sus sexys labios.

Los huesos de ambos vibran, los míos y los de él, unos sobre otros, estar de aquella manera con Harry, tan cerca como nunca antes habíamos estado, me ponían totalmente nerviosa.

Volví alzar las caderas con rítmicos inventes mientras él se hundía en mi hasta que rozó con los testículos. La fricción me hizo contener el aliento. Cada nervio de mi cuerpo se estremecía con anticipación. Harry continuó embistiendo, gruñendo de vez en cuando y hundiéndose en mis mejillas para besarme. El resto del mundo desapareció para nosotros, no me importaba si mi madre o quien sea que viniera me escuchara. Estaba perdiendo la cabeza. Para mí estaba Harry, y para Harry estaba yo. No había nada más.

Harry se introdujo hasta el fondo de mí y volvió a salir. Solté un gemido más alto, como un grito. Sentí presión en una de las muñecas. Harry apartó la mano y las uñas que estaban clavándose en su espalda y la llevó por encima de su cabeza, donde la retuvo con firmeza. Con la otra, acarició mi cuerpo y me amasó el trasero, alzándome para sumergirse en mi cuerpo más profundamente, con más pasión y excitación. Jadeé sin poder evitarlo, una y otra vez. No podía mantener los ojos abiertos, quería ver las expresiones de Harry, sus dientes chocando entre sí, sus facciones contrayéndose... cuando él clavó sus ojos en mí, consiguió la voluntad necesaria para quedarme prisionera debajo de él. Respondí a todo lo que él me daba.

No nos rendimos. Juntos nos esforzamos para alcanzar el placer, los dos aunados en la búsqueda de algo... algo que anhelábamos con desesperación y que solo podían obtener del otro.

Alcé la cabeza en busca de los labios carnosos y sexys de Harry. Él tomo la plena posesión de mi boca en un beso profundo, adormecedor y perfecto. Sentía como si me derritiera el cuerpo.

― Emma... ― Harry gemía sobre mis labios, incontrolado, loco.

―Te necesito―Le susurre.

― Tranquila. Estoy contigo, Emma. Y no me voy a ir... ― Empujó con más fuerza y yo solo grite―. Córrete conmigo.

Desobedecer una súplica como aquella por parte de Harry sería lo último que yo haría en su vida. Me besos en los labios una vez más y después sentí como todo en su interior rompía en mil pedazos.

El orgasmo era imparable. Una maravillosa y brillante ola de sensaciones que atravesó el cuerpo de ambos de pies a cabeza. No podía respirar, me estaba ahogando en un mar perfecto de placer. Harry se estremeció brutalmente sobre mí, gruñendo como un animal. Le agarre con fuerza, pegándolo a mi cuerpo, impidiendo que se marchase.

Harry reposó su cabeza, manteniendo los ojos cerrados, en mi hombro, haciendo chocar su respiración contra mi piel. Yo, simplemente miraba el techo, con el pecho subiendo y bajando de manera horrible, como si acabara de sacar la cabeza del interior de una piscina después de pasar en el interior de esta más de dos minutos.

Una de las manos de Harry se encontraba en mi mejilla derecha. Pasó el pulgar, acariciándome la piel.  

Tu no eres invisible para míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora