Capitulo 1

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            Un canto de un hermoso pájaro, unos rayos de sol que iluminan mi cara y un estridente ruido pronunciando mi nombre me despertaron e hicieron que no conciliase más el sueño en esa mañana. Mi madre me estaba llamando para que me despertase y lo había conseguido.

-¡Alya! ¡A desayunar y despierta ya que son las siete y media!

-¡Vale, pero me tengo que vestir!

-¡De acuerdo, pero no te entretengas viendo videos!

Ufff que pesada. No siempre estoy viendo videos. Esta mujer se pasa, pero es mi madre a sí que hay que aguantarse.

Puse música para hacer mas ameno lo de vestirme. Me puse mis shorts de un color mas claro al azul marino, una camiseta básica de color azul celeste y mis converse  de un color parecido al de la camiseta. Me ondule el pelo, me puse rímel y me pinte los labios de un rosa claro que casi no se apreciaba.

Tarde unos quince minutos en arreglarme y esto se debe a que siempre que escucho música me motivo y tardo más tiempo del que debía. Pero bueno, eso es normal ¿no?

Baje a desayunar en nada que me vestí. Mi madre me hizo unas tostadas con mermelada de melocotón, mi favorita, y un vaso de zumo de naranja recién exprimido. No gaste mucho tiempo en desayunar. Mi padre nada más que termine me dijo que me montase en el coche para no llegar tarde. Tardemos alrededor de media hora hasta llegar a Murcia a empezar mi primer día de universidad. Yo, Alya, 18 años y sigo sin creerme que voy a pasar a la universidad. La verdad es un gran paso y estoy bastante nerviosa ya que no conozco a nadie y voy sola, mis amigas escogieron otra carrera. Me gusta más la carrera de psicología que de magisterio. Magisterio es aburrido, en cambio psicología es de entender las emociones de las personas, solucionar problemas provocados por nuestras mentes enrevesadas y muchas cosas más. Conclusión: es más interesante psicología.

Las clases empezaban a los nueve si mal no recuerdo, en la facultad de psicología del campus de la universidad de Murcia. Llego media hora antes a sí que no debería de ir mal de tiempo.

Era el primer día de Universidad para todos a sí que iba a estar lleno de gente por lo que me costaría llegar a la clase.

Oh mierda, lo que suponía, casi todo el maldito campus lleno de personas lo más seguro desorientadas que buscan su clase, yo por suerte me informe de casi todo por lo que iba bastante segura. La gente era demasiado bruta, no paraban de dar empujones.

-Animales...-dije en un tono que no escuchase nadie.

Y como me temía. Me empujaron con tal fuerza que caí al suelo y tambien todo lo que llevaba en los brazos.

-Mierda, mis libros.

Dios mío, esto no son personas, son ñus desbocados.

-Lo siento.- Oí decir a una voz que estaba en frente mio. Levante la cabeza y vi a un chico moreno con ojos azules y con una apariencia de unos veintiún años. Me sonaba demasiado su cara.- Estaba acompañando una amiga mía hasta su facultad y me empujaron y encima de que no te vi pues el empujón fue doble para ti.

Me extendió la mano. Yo no reaccione hasta unos segundos después.

-N-no pasa nada, tranquilo, estoy bien.

-Menos mal.- Me sonrió.- Bueno pues este es un adiós.-Esbozo sonrisa mucho más leve que la anterior.

-Si, supongo.- Le sonreí.- Adiós.

-Hasta otra.- Respondió él. Y se fue.

¿Qué quería decir con "Hasta otra"? ¿Acaso nos volveríamos a ver? Lo dudo. Miré el reloj. No, no, no, no, no. Por culpa de este pequeño incidente perdí más tiempo del programado. No me gusta llegar tarde a sí que fui lo más rápido posible sin correr, porque claro, llamaría demasiado la atención.

Una vez que llegue solo había siete personas en la clase. Me senté en segunda fila. "Espero que no se siente ningún o ninguna gilipollas que me este dando la brasa todos los días" pensé segundos después de ocupar mi sitio.

Poco a poco empezó llegando la gente. Cada vez había menos sitios y el que estaba a mi lado seguía vacio.

-Normal, soy un bicho raro.- Susurre.

-¿Dijiste algo?

Gire mi cabeza unos 90º grados hacia mi derecha y vi a una chica de pelo oscuro con mechas azules.

-No.-Le sonreí.- Hola.

-Hola.-Ella también me sonrió.

Minutos más tarde de empezar la clase nos dieron unos papeles en los que teníamos que poner nuestros datos personales.

Escribí mi nombre, después mis años y no me dio más tiempo de escribir nada sin antes que la chica que estaba a mi lado pronunciase mi nombre.

-Alya López Romero.- Pronunció ese Alya como un Alya pero en vez de "y" pronunciada como una "i" latina lo había pronunciado como una "y" normal. Si, se escribe con "y", pero se pronuncia Alia.

-No se pronuncia como una "y" normal sino como una "i" latina.- Le conteste rápidamente.

-Vale, lo siento.- Hizo una mueca triste.

-No, tranquila. No pasa nada, siempre se equivocan es normal.- Como sabia que también el profesor se iba a equivocar al pronunciarlo le dije antes de que empezase la clase como se decía.

-Menos mal, pero igualmente lo siento. Yo me llamo África Martínez Sánchez. Encantada.

-Igualmente. Buenos, vamos a callarnos, el profesor nos está mirando mal.- Las dos nos reímos muy flojito.


~Nunca pensé que mi vida se derrumbaria por ti~Where stories live. Discover now