Capitulo 2

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         No sé cómo, pero África me convenció para que la acompañase a la universidad. África es esa clase de persona que persigue lo que quiere y no se rinde nunca. Y lo que quería ahora es que la llevase yo en coche y lo peor es que lo consiguió.

Quedamos en la puerta del portal de su casa. Me dijo "no toques a mi casa, ya bajo yo a la hora que quedemos" y no entiendo a qué viene tanto misterio. ¿Misterio? ¿Esa es la palabra adecuada? Bueno da igual.

Eran las ocho y cuarto de la mañana y habíamos quedado a las ocho y diez y yo seguí allí, esperándola como si el que tuviese prisa fuera yo ¡Venga ya! Decidí mandarle un WhatsApp a ver si al menos me decía el porqué de su retraso. Pero no contestaba.

Las manecillas de mi reloj marcaban ya las ocho y veinte y sin señales de África. Me daba bastante igual lo que me dijo de no toque a su casa. A sí que lo que hice fue eso, tocar a su casa. Segundos después me contesto su madre.

-¿Si?

-Soy Sergio, el amigo de África. Es que como hemos quedado a las ocho y diez y veía que no bajaba he decidido tocar al telefonillo de su casa. ¿Cuánto le queda para bajar?

-Lo siento Sergio, pero África no vino anoche aquí. Se quedo a dormir en la casa de Sandra.

Eso era imposible. Sandra está enferma con muchísima fiebre y vómitos. ¿Que estaba tramando África?

-Bueno no pasa nada. Ahora la llamo y solucionado. Adiós señora Sánchez.

-Vale. Adiós Sergio.- Y apagó el telefonillo.

Nada mas despedirme de la madre de esta chica tan impuntual cogí el móvil para llamar a esta. Una voz contesto al otro lado de la llamada.

-Sergio, ¿Qué quieres?

-Pues que hemos quedado hace diez minutos, que vengas y también quiero mil euros, pero antes que vengas. Bueno, mejor un millón, pero ven ya.

-Ja ja, que gracioso, me parto y me mondo.- Dijo con un tono de sarcasmo.- Estoy de camino. ¿No habrás tocado a mi casa?

-No, tranquila.- Le mentí.

-Menos mal, porque estoy saliendo de casa de Jaime y si se enteran mis padres que en verdad no me quedé a dormir en Sandra me matan. No les digas que ella estaba enferma ni mucho menos que estaba en casa de Jaime.

-¿Qué habrás hecho con Jaime, eh?- Pregunte a la vez que levantaba una ceja y esbozaba un sonrisa picara.

-Calla. No te incumbe nada ese asunto.

-La pequeña África se nos hace mayor.

-Sergio y sus gilipolleces. En dos minutos estoy allí.

-Vale.

Y cumplió su palabra. En dos minutos la vi aparecer por la otra acera. Nos montamos en el coche de mi madre, el cual me había dejado sin tener una mini pelea de "¿Para qué lo quieres?".

-¿A dónde quiere que la lleve señorita?- Dije como si fuese un taxista.

-Sergio estas muy tonto hoy, ¿eh?

-Vale, ya paro.- Dije secando un poco la lengua de mi boca, mordiéndola y a la vez esbozando una ligera sonrisa.

No tardamos más de diez minutos en llegar. África salió casi corriendo del coche para ir a abrazar a Pedro, su mejor amigo. "Esta chica tan impaciente como siempre" Pensé.

Aparque el coche y me bajé. Fui a buscar a África. No me lo puedo creer. ¿Dónde se había metido la impaciente de África? Había mucha gente para poder visualizarla a simple vista. Debía adentrarme entre toda esa gente de la cual la mayoría seguro que estaba desorientada.

No paraban de dar empujones y lo mejor de todo es que ni se disculpaban. Parece que el ultimo empujón que me daron fui directo a otra chica, la cual no vi, que esta se cayó.

-Mierda, mis libros.- Dijo malhumorada.

Era una chica pelirroja con el pelo ondulado. No parecía muy alta y era bastante pálida.

-Lo siento. Estaba acompañando una amiga mía hasta su facultad y me empujaron y encima de que no te vi pues el empujón fue doble para ti.- Le extendí la mano. Y en ese momento levanto la cabeza. Tenía unas pocas pecas debajo de los ojos. De sus preciosos ojos azules como el cielo. Era mona no voy a mentir. No reaccionó hasta unos segundos después de que le extendiese la mano.

-N-no pasa nada, tranquilo, estoy bien.

-Menos mal.- Le sonreí.- Bueno pues este es un adiós.

-Sí, supongo.- Me sonrió.- Adiós.

-Hasta otra.

Y esa fuero mis últimas palabras antes deregresar al coche que le dije a aquella chica de las pecas.    

~Nunca pensé que mi vida se derrumbaria por ti~Where stories live. Discover now