He olvidado mi nombre, he olvidado mi edad. He olvidado mis placeres, he olvidado mi identidad. Aún recuerdo el sonido de mi voz ya que la locura me carcome. Personas vienen. Personas van. Nadie está, solo mi mente las proyecta en mi solitaria vida. No sé cómo luzco ahora. Quizás debería buscar otro estilo de vida, pero ¿para qué? He vivido siglos así, y tengo tiempo de sobra gracias a mi morboso "don" con efectos secundarios.
Una cama. Una repisa llena de libros. Autosuficiencia. Se oye genial, ¿no? Pues es horroroso, aburrido, tedioso. Un auténtico regalo del infierno.
¿Qué hacer? Sabiduría acumulada, fragmentos de la historia perdidos. Nada. He intentado hasta lo imposible y he llegado a la conclusión de que la mejor solución es alejarse de todo y todos. Quedar solo con lo necesario y alguno que otro párrafo.
Libros. Más libros. Enciclopedias. La lectura es mi fría compañía.
¿Quién soy?¿Qué hago aquí, en esta casa alejada de todo ser viviente? Quisiera saberlo. Lo único relevante (además de leer y escribir) que recuerdo, es mi historia. Quizás debería narrarla ahora, pero nadie la leería. La única razón por la que escribo esto, es para poder sostener un mínimo sentido de vida recordando lo que me ha sucedido.
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La Inmortalidad
RandomUn hombre sin memoria. Un hombre inmortal. Una historia narrada por alguien sin muerte para quienes la temen.