La Inmortalidad

Mis incontables vidas.

Aquella noche el cielo estaba lleno de estrellas y había una media luna más que ideal. 
Pero no había luz. 
Dicho relato de una hermosa noche fue nada más que la simple imaginación de un ciego al cual no le importaba si no era así, pues para él todo era perfecto. 
Pero aún más loco, es que ese ciego era mi hijo. Era producto de mí, de mi imaginación y mi falta de cordura al pasar de las décadas. 
Soñé con tener descendientes árabes, españoles, israelitas, latinos, judíos, inválidos, modelos, ciegos, sordos, normales, suicidas, deportistas. De todo tipo. 
Pues el resultado de mis pensamientos inmortales de una vida sin fin llena de familias perdidas e hijos muertos mientras yo prevalecía, fue nada menos que simples deseos. Quedé estéril. Ya no era fértil, y era de esperarse debido a que ni siquiera podía recordad mi edad -ni me parecía importante hacerlo-. 

Esta noche es eterna, y puedo ser padre e hijo; ciego y clarividente; ángel y demonio; sol y luna; muerto e inmortal. Todo es posible si tienes un papel y un lápiz, porque en tu cabeza puedes ser todo lo que siempre quisiste, pero solo en letras lo vuelves realidad. 
Somos la triste historia de un dios que no logró su cometido y quiso  aniquilar a su creación, y yo estoy aquí para narrarla.