Verdades

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Tomoko se dio la vuelta, iba a responderle a su hermano, pero la silueta de Tom la abrazo con ternura deteniendo con ello las palabras, Tom se dio cuenta de la presencia del extraño, le plantó la mirada.

—¿Quién eres tú?— Tomoki no sabía que responder a esa pregunta, que debía decir... que era el hermano de Tomoko o, el padre de un niño que hasta el momento no supo de su existencia, eligió lo más sensato.

—Soy el padre de Zac— término de decir esa frase y Tom se lanzó sobre él, propinándole fuertes golpes en su rostro.

—Maldito Canalla— Tomoko no sabía qué hacer ni cómo reaccionar, nunca había visto a Tom en ese estado, generalmente era amable, simpático, un buen chico, pero ahora era una bestia furiosa que se ensañaba con su hermano, comenzaron a pelear y ella se puso a llorar como era posible que estuvieran en esa actitud en un día tan delicado, ellos se dieron cuenta de la situación y el momento, pidieron disculpas a la chica inmediatamente, pero ella no les prestó atención, solo recogió sus cosas y se marchó furiosa.

—Tomoko tenemos que hablar— decía Tomoki... —Tomoko discúlpame— imploraba Tom. La chica se estaba cansando, tenía a los dos chicos persiguiéndola y no dejaban de hablarle, no quería saber nada de nada, solo quería estar sola este día, acaso eso era muy difícil de entender para los dos "caballeros", detuvo su andar y los miro fijamente.

—Desaparezcan los dos— demando, se dio la vuelta y continuo, los chicos se quedaron pasmados por un momento y se miraron mutuamente, luego de pestañear dos veces continuaron siguiendo a la chica, Tomoki deseaba explicaciones una historia o algo que le permitiera enterarse en que parte de la historia se perdió, y Tom no podía marcharse sabiendo que ella estaba disgustada con él, entendía que obro mal, que no era el tiempo ni el lugar... pero, enterase que el hombre que no estuvo a su lado, la dejo sola y se burló de ella estaba ahí, frente a su cara... le enervo la sangre y no supo cómo controlarse. Llegaron al apartamento de la chica, ella entro, se lanzó al mueble y ellos entraron demandantes, Tomoko arrojo un largo suspiro miro directamente a Tom, lo llamo a su lado, luego de decirle algunas palabras que Tomoki fue incapaz de oir y de un escandaloso abrazo, se despidió del chico con la excusa de que mañana hablarían con más calma. Tomoki por su lado no se movió ni un centímetro del lugar cercano a la puerta.

—Me dirás la verdad de una vez por todas— se encontraba cruzado de brazos pero con ojos furiosos.

—Por qué quieres saberlo— la chica le sostuvo la mirada.

—No es obvio... ERA su padre- grito él, caminando de un lado a otro.

—SÍ, un padre que nunca estuvo a su lado— contra atacó levantándose del mueble por impulso.

—Nunca supe que existía.

—Claro, y ese es el punto exacto... nunca te interesaste en nadie más que no seas tú.

—No seas injusta Tomoko.

—Haber, dime... alguna vez pensaste en mi... en cómo me sentía.

—No estamos hablando de ti, maldición si no de MÍ hijo, un hijo que NUNCA conocí gracias a TÍ— Tomoki ya se había acercado lo suficiente para hallarse frente a frente, ambos encolerizados, ambos con las respiraciones aceleradas, y con ojos fulminantes hacia el otro.

—Pues gracias ti, no lo conociste o que quieres que te diga... que el fantástico día que me entere que estaba embarazada y corrí como una tonta a contarle a mi amado que iba a ser padre, esperaba encontrarme con él y mi amiga— él se quedó helado... —Sí Tomoki, te vi en MÍ cama con mi mejor amiga— ella escupía las palabras con odio, y él se sentí un tanto avergonzado —Escuche como le decías que era el amor de tu vida, y sin número de babosadas, para después pedirle matrimonio, tú decidiste hacer tu vida y Yo no estaba en tus planes... con qué derecho te atreves a decirme que soy injusta o a reprocharme algo, con qué razón vienes a exigirme alguna explicación, cuando fuiste TÚ el que obro mal y solo me utilizo... YO me fui del país a uno que no conocía, deje mi hogar, me aventure a una vida desconocía, cambiaba pañales sucios, estaba aterrada con cólicos, no entendía lo que me pedía un pequeño, entre en un estado de depresión, terror y angustia, y que hacías TÚ... tú estabas en tu casa completamente calmado, follando a tu zorra de pechos grandes... pero no te preocupes, nunca te necesite, sabes por qué, porque nunca estuve sola.

—Claro el tipejo ese estuvo a tu lado no.

—Pues si... Tom fue el padre de Zac.

¡ MALDICIÓN ! LO SABÍADonde viven las historias. Descúbrelo ahora